Gracias a las presas que construyen, que atrapan contaminantes que degradan los ríos, se mitiga la pérdida de suelo
Un estudio, realizado por científicos de la Universidad de Exeter, ha demostrado el impacto significativo que los animales tienen en la reducción del flujo de toneladas de tierra y nutrientes de los campos cercanos a un sistema fluvial local.
Una familia de castores ha sido la protagonista de dicho análisis. Los ejemplares han vivido en un sitio vallado situado en un lugar secreto en West Devon (Inglaterra) desde 2011, y durante ese tiempo han construido 13 presas; desacelerando el flujo de agua y creando una serie de estanques profundos a lo largo de lo que en su día fue un pequeño arroyo.
La investigación, dirigida por el hidrólogo Richard Brazier, descubrió que el trabajo de una sola familia de castores consigue eliminar los altos niveles de sedimentos, nitrógeno y fósforo del agua que fluye a través del recinto de 2,5 hectáreas que ocupan estos animales.
Los resultados obtenidos han evidenciado, pues, que las presas construidas por los castores habían atrapado más de 100 toneladas de sedimentos: «El 70% era suelo que se había erosionado desde los campos de pastizales gestionados intensivamente río arriba», confirma Brazier.
Investigaciones posteriores revelaron que este sedimento contenía altas concentraciones de nitrógeno y fósforo, que son nutrientes conocidos por crear problemas para la vida silvestre que habita los ríos y arroyos y que también deben ser eliminados del suministro de agua humana para cumplir con los estándares de calidad del agua potable.
«Es motivo de gran preocupación observar tasas tan altas de pérdida de suelo en tierras agrícolas, y que exceden con creces las tasas de formación de suelos. Sin embargo, nos alienta descubrir que las presas de los castores pueden ayudar mucho a mitigar tal pérdida, atrapando, también, contaminantes que conducen a la degradación de nuestras masas de agua. Si los diques de castor fueran más frecuentes en el paisaje de las ciudades, sin duda veríamos estos efectos que hemos descrito en ellas, ofreciendo múltiples beneficios en ecosistemas completos, y no solo en los fluviales, como resulta en otras partes del mundo», destaca el experto.
ABC
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