Rob Wallace/Wildlife Conservation Society
El parque nacional Madidi de Bolivia incluye desde tierras bajas hasta picos de montañas y va de 183 metros a casi 6100 metros sobre el nivel del mar. Cubre más de 18.957,5 kilómetros cuadrados de hábitats muy diferentes. Es, dice Rob Wallace, un ecólogo que trabaja en la Sociedad para la Conservación de la Vida Salvaje en Bolivia, “un lugar donde el Amazonas se encuentra con los Andes”
Omar Torrico/Wildlife Conservation Society
Tiene bosques nubosos, selva de tierras bajas, ríos, arroyos, pantanos. Incluso tiene glaciares.
Rob Wallace/Wildlife Conservation Society
“Madidi se conformó a partir de la hipótesis de que podría ser el área protegida con la mayor diversidad biológica del mundo”, dijo Wallace. Y, según afirma, lo es en cuanto a mamíferos, aves, plantas y mariposas.
En junio de 2015, un equipo de científicos, casi todos bolivianos, emprendieron un censo de vida de tres años en el parque, concentrándose en quince sitios. La búsqueda de campo, respaldada por la sociedad para la conservación, se complementó con una investigación menos aventurera de la literatura científica. La meta del proyecto, llamado Identidad Madidi, era registrar la mayor cantidad posible de especies que viven en el parque.
Mileniusz Spanowicz/Wildlife Conservation Society
Los resultados están listos: la cantidad total de especies documentadas de Madidi es de 8524. El equipo de campo encontró cerca de 4000 especies, 1362 de ellas no se habían registrado nunca antes en Madidi. Calculan, con base en otra información sobre cómo se distribuyen las especies, que probablemente haya 11.395 viviendo en el parque, aunque algunas de ellas no hayan sido vistas aún. Eso incluye a todas las criaturas con columna vertebral, a todas las aves y las mariposas. Abarcar a todas las especies de insectos era un paso demasiado grande.
Entre los hallazgos hubo 124 especies y 8 subespecies que se cree son nuevas para la ciencia, como la rata espinosa, la lagartija cola de látigo y la orquídea que aparecen en las siguientes fotos.
Mileniusz Spanowicz/Wildlife Conservation Society
Mileniusz Spanowicz/Wildlife Conservation Society
Freddy Zenteno and David Villalba/Wildlife Conservation Society
Documentaron trece nuevas especies de mariposas. La mariposa corinna alas de daga ya se conocía.
Mileniusz Spanowicz/Wildlife Conservation Society
Por supuesto, la conclusión de la encuesta da pie a una pregunta: ¿qué importancia tiene cuál parque sea el que tiene mayor diversidad?
Bolivia no está buscando una confrontación tipo Copa del Mundo con otras áreas protegidas, como el parque nacional del Manu de Perú, que se ha considerado el más diverso hasta ahora, ni con el parque nacional Yasuní de Ecuador, que sigue superando a Madidi en la cantidad de anfibios y reptiles, como la serpiente coral boliviana, extremadamente venenosa.
Mileniusz Spanowicz/Wildlife Conservation Society
Los peces, incluyendo a los completamente inocuos ciprinodóntidos que aparecen en la siguiente foto, aún están contándose
Mileniusz Spanowicz/Wildlife Conservation Society
De hecho, la sociedad para la conservación apoya a esos dos parques y a varios más. Sin embargo, el orgullo nacional puede motivar la conservación y Wallace dijo que el censo se inició en gran parte porque “la gente de Bolivia no sabía lo verdaderamente especial que es Madidi”.
Mileniusz Spanowicz/Wildlife Conservation Society
Rob Wallace/Wildlife Conservation Society
Mileniusz Spanowicz/Wildlife Conservation Society
El censo tenía sentido desde un punto de vista científico porque contar con un registro basal de la diversidad de cualquier área protegida es importante para entender lo que sucede conforme el clima y el desarrollo en la zona cambian. Para los investigadores interesados en la manera en que las especies interactúan entre sí y con su entorno, el primer paso es conocer a las especies mismas, como el mono tití de Madidi, que Wallace y Humberto Gómez descubrieron en el parque en el 2000, y que se clasificó como una nueva especie en 2004. La nutria de río es más conocida.
Rob Wallace/Wildlife Conservation Society
Aun así, los conteos de especies nunca son definitivos. La cantidad de gente que cuenta, las áreas donde decide obtener muestras, el momento del año, los cambios en el ambiente que se dan con el tiempo —todo ello puede afectar el total—. En el parque nacional del Manu, en el parque nacional Yasuní o en cualquier otra área protegida se podrían realizar nuevos conteos y los totales podrían cambiar.
Lo importante, por supuesto, es proteger a tantas especies como sea posible, ya sea en Bolivia, Perú, Ecuador o en cualquier otra parte del planeta. Sin embargo, un poco de orgullo nacional por los esfuerzos conservacionistas propios ayudará a los animales y plantas protegidos a florecer.
Rob Wallace/Wildlife Conservation Society
New York Times
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