Una agradable tarde de sábado decidí llevar a mis hijos al zoológico. Al llegar me acerqué al joven de la boletaría y le pregunté el valor de la entrada.
El muchacho respondió:
- Adultos y niños mayores de seis años, pagan dos mil pesos.
Mirando a mis hijos me dijo:
- Si tienen seis o menos entran gratis.¿Qué edad tienen?
- El menor tiene tres y el mayor acaba de cumplir siete, le indiqué. Es decir, le debo cuatro mil pesos.
El joven de la ventanilla se asombró:
- Eh, señora, ¿ se da cuenta que podría haberse ahorrado dos mil pesos? Si me hubiera dicho que el mayor tenía seis, no me habría dado cuenta.
- Es posible, le respondí, pero los niños sí.
Patricia Fripp
Historias para reflexionar
Desafio
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