Con alguna frecuencia se habla o escribe sobre el modelo europeo de sanidad pública. Lo cierto es que no hay un modelo europeo sino dos, que se denominan Beveridge y Bismarck. El primero es completamente estatizado y los pacientes no tienen libertad de elección, mientras que el segundo es bastante menos estatizado y los pacientes disfrutan de una notable libertad para elegir cobertura y proveedores.
Para explicar con más detalle cómo funciona el modelo Bismarck utilizaré el caso de Suiza. El sistema suizo combina elementos públicos, privados subsidiados y otros totalmente privados. Como en la mayoría de los países desarrollados, el sistema suizo es financiado mediante fuentes privadas y públicas. No obstante, la proporción pública es una de las más bajas de Europa.
El sistema tiene tres componentes: seguro básico obligatorio, seguro suplementario voluntario, y seguro por vejez e invalidez.
Todos los ciudadanos y residentes deben tener un seguro básico de salud. Las aseguradoras, que deben registrarse ante la Oficina Federal de Seguridad Social, están obligadas a aceptar a todos los solicitantes. Los asegurados pueden cambiar de aseguradora dos veces por año.
Hay registrados unos 90 fondos de seguro que ofrecen el seguro básico. Las compañías pueden ser de base federal, regional, religiosa u ocupacional. Pueden tener o no fines de lucro. Las aseguradoras se agrupan en asociaciones cantonales y federales para negociar precios con los proveedores de servicios.
En realidad, el seguro básico suizo no es básico en absoluto. En cualquier otro país sería considerado como un paquete casi de lujo. Los beneficios que debe incluir el seguro básico están definidos por ley y están estandarizados en toda la federación suiza. Desde 1999 se incluyen también tratamientos de medicina alternativa o complementaria.
Dado que el paquete de beneficios está definido, las aseguradoras compiten en precio, es decir, primas y deducibles. Las primas son iguales para todos los que utilizan la misma compañía en el mismo cantón, independientemente del riesgo individual del asegurado. Cada miembro de la familia es asegurado individualmente. Las primas para asegurados menores de 25 años son muy bajas.
Hay subsidios cantonales y federales para los asegurados cuya prima exceda el 8% de su ingreso mensual. Los deducibles del seguro básico fluctúan entre 230 francos suizos y mil 500 francos suizos (228 dólares y mil 488 dólares) anualmente. Cuanto mayor es el deducible menor es la prima. Por ejemplo, el deducible de mil 500 implica una reducción del 40% de la prima.
Unos dos tercios de las aseguradoras que ofrecen el seguro básico ofrecen también el suplementario. También hay compañías que solo ofrecen el segundo. Este incluye algunos tratamientos como ciertos cuidados dentales y habitación privada en los hospitales, así como poder elegir hospitales fuera del cantón. Casi un 40% de los suizos compra este seguro.
El componente de seguro por vejez e invalidez se financia con cuotas obligatorias para el empleador y el trabajador.
Las aseguradoras pueden elegir entre los proveedores de salud reconocidos y los costos de los tratamientos son pagados por las aseguradoras. Los proveedores de servicios ambulatorios pueden establecerse donde quieran. Los médicos están organizados en asociaciones cantonales y federales. Los honorarios para cada servicio son negociados entre las asociaciones de aseguradoras y las de médicos.
Los suizos tienen 5.6 camas de hospital por cada mil habitantes. Los hospitales son administrados en parte por instituciones públicas, cantonales o locales, y en parte por instituciones privadas, con o sin fines de lucro. Existe una gran variedad de arreglos.
En cuanto a las medicinas, existe un listado de las que están aprobadas, y el asegurado tiene que hacer un copago del 10%. En general, los suizos son de los que más pagan en Europa por las medicinas.
El año pasado se celebró un referéndum, solicitado por algunos partidos de izquierda, para que los suizos decidieran si querían pasar a un modelo Beveridge o quedarse con el actual. Algo más del 70% votó en contra del cambio.
Una observación final. No todos los países del modelo Bismarck tienen un sistema como el suizo. Cada país tiene sus variantes.
Francisco J. Íbero
El autor es economista
Fuente: prensa.com
Para explicar con más detalle cómo funciona el modelo Bismarck utilizaré el caso de Suiza. El sistema suizo combina elementos públicos, privados subsidiados y otros totalmente privados. Como en la mayoría de los países desarrollados, el sistema suizo es financiado mediante fuentes privadas y públicas. No obstante, la proporción pública es una de las más bajas de Europa.
El sistema tiene tres componentes: seguro básico obligatorio, seguro suplementario voluntario, y seguro por vejez e invalidez.
Todos los ciudadanos y residentes deben tener un seguro básico de salud. Las aseguradoras, que deben registrarse ante la Oficina Federal de Seguridad Social, están obligadas a aceptar a todos los solicitantes. Los asegurados pueden cambiar de aseguradora dos veces por año.
Hay registrados unos 90 fondos de seguro que ofrecen el seguro básico. Las compañías pueden ser de base federal, regional, religiosa u ocupacional. Pueden tener o no fines de lucro. Las aseguradoras se agrupan en asociaciones cantonales y federales para negociar precios con los proveedores de servicios.
En realidad, el seguro básico suizo no es básico en absoluto. En cualquier otro país sería considerado como un paquete casi de lujo. Los beneficios que debe incluir el seguro básico están definidos por ley y están estandarizados en toda la federación suiza. Desde 1999 se incluyen también tratamientos de medicina alternativa o complementaria.
Dado que el paquete de beneficios está definido, las aseguradoras compiten en precio, es decir, primas y deducibles. Las primas son iguales para todos los que utilizan la misma compañía en el mismo cantón, independientemente del riesgo individual del asegurado. Cada miembro de la familia es asegurado individualmente. Las primas para asegurados menores de 25 años son muy bajas.
Hay subsidios cantonales y federales para los asegurados cuya prima exceda el 8% de su ingreso mensual. Los deducibles del seguro básico fluctúan entre 230 francos suizos y mil 500 francos suizos (228 dólares y mil 488 dólares) anualmente. Cuanto mayor es el deducible menor es la prima. Por ejemplo, el deducible de mil 500 implica una reducción del 40% de la prima.
Unos dos tercios de las aseguradoras que ofrecen el seguro básico ofrecen también el suplementario. También hay compañías que solo ofrecen el segundo. Este incluye algunos tratamientos como ciertos cuidados dentales y habitación privada en los hospitales, así como poder elegir hospitales fuera del cantón. Casi un 40% de los suizos compra este seguro.
El componente de seguro por vejez e invalidez se financia con cuotas obligatorias para el empleador y el trabajador.
Las aseguradoras pueden elegir entre los proveedores de salud reconocidos y los costos de los tratamientos son pagados por las aseguradoras. Los proveedores de servicios ambulatorios pueden establecerse donde quieran. Los médicos están organizados en asociaciones cantonales y federales. Los honorarios para cada servicio son negociados entre las asociaciones de aseguradoras y las de médicos.
Los suizos tienen 5.6 camas de hospital por cada mil habitantes. Los hospitales son administrados en parte por instituciones públicas, cantonales o locales, y en parte por instituciones privadas, con o sin fines de lucro. Existe una gran variedad de arreglos.
En cuanto a las medicinas, existe un listado de las que están aprobadas, y el asegurado tiene que hacer un copago del 10%. En general, los suizos son de los que más pagan en Europa por las medicinas.
El año pasado se celebró un referéndum, solicitado por algunos partidos de izquierda, para que los suizos decidieran si querían pasar a un modelo Beveridge o quedarse con el actual. Algo más del 70% votó en contra del cambio.
Una observación final. No todos los países del modelo Bismarck tienen un sistema como el suizo. Cada país tiene sus variantes.
Francisco J. Íbero
El autor es economista
Fuente: prensa.com
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