MADRID.- La degeneración macular y la retinopatía que sufren los diabéticos y algunos bebés prematuros tienen algo en común. Las tres están causadas por una alteración en los vasos sanguíneos del ojo. Los capilares de estas personas son muy inestables y dejan escapar fluidos y sangre al ojo que acaban por distorsionar su visión hasta causar ceguera. Un estudio que hoy desvela 'Nature Medicine' podría ayudar a prevenir el problema.
La clave está en una proteína que se encuentra en las células que forman los vasos sanguíneos, llamada Robo4, y que podría activarse para tratar de frenar el crecimiento irregular de capilares y, sobre todo, evitar las fugas de fluidos al ojo. "Este gen se identificó por primera vez en 2003, pero hasta ahora no se conocía su función real con seguridad", explica a elmundo.es el director de esta investigación, el profesor Dean Li, de la Universidad de Utah (EEUU).
Gracias a sus trabajos con ratones, ahora ya se sabe que esta función es estabilizar los vasos sanguíneos para evitar que sufran derrames de líquido y un crecimiento desordenado. Un problema que no sólo es importante en el caso de estas patologías oculares, sino también en los tumores (que promueve la formación irregular de capilares para obtener los nutrientes que necesitan para persistir) y en algunas infecciones respiratorias como el síndrome respiratorio agudo grave (SRAS).
"Robo4 es un receptor que se expresa en la superficie de las células que hay en los vasos sanguíneos", prosigue Li, "y nosotros hemos demostrado en ratones que se puede inyectar una proteína (Slit) que se ligue a él para reducir la formación de nuevos vasos sanguíneos y también inhibir las fugas de fluidos y sangre de los capilares inestables".
Principales causas de ceguera en Occidente
Tanto en España como en el resto de países europeos y en EEUU, la degeneración macular asociada a la edad es la principal causa de ceguera en mayores de 65 años, mientras que la retinopatía diabética lo es en personas en edad laboral. "El envejecimiento es la principal causa de la degeneración macular húmeda", explica por su parte el doctor Alberto Triviño, secretario del Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo de la Universidad Complutense de Madrid, "y debido a la actual pirámide poblacional española, su incidencia está aumentando de manera alarmante".
Como explica Triviño, en la actualidad ya se están empleando tres fármacos para el tratamiento de la degeneración macular, "aunque tienen el inconveniente de que se deben administrar una vez al mes mediante una inyección intraocular, lo que resulta muy traumático para los pacientes". Por eso destaca la importancia de esta nueva línea de investigación: "Se están buscando nuevas proteínas que nos permitan frenar la neovascularización, para que no se formen nuevos vasos sanguíneos".
A pesar del optimismo por sus conclusiones, el profesor Li es cauto sobre la fecha en que podrían llegar a aplicarse en humanos. "Un ensayo clínico con pacientes implica muchos aspectos científicos, legales, empresariales, administrativos e incluso industriales", explica el científico de Utah. "Si sólo tuviésemos en cuenta el punto de vista científico, creo que sería posible trasladar estos resultados a un ensayo en un plazo de unos cinco años. Pero la realidad es que hay muchas otras cuestiones académicas y no académicas a tener en cuenta".
De "históricos" ha calificado los resultados por su parte el doctor Randall Olson, del Centro del Ojo de la Universidad John Moran (EEUU). "Es un gran hito en un área en la que los avances han sido mínimos. Estamos emocionados con la posibilidad de que esto abra una nueva frontera de esperanza para pacientes que hasta ahora tenían pocas opciones".
Fuente: El mundo.es
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