Sin la Biblia y sin su esposa, Barack Obama tuvo que juramentarse por segunda vez como presidente de Estados Unidos para corregir un pequeño error en el orden de las palabras usadas en el evento del martes en el Capitolio de Washington.
No hay error pequeño para los abogados y menos cuando se trata de profesionales de alto vuelo como el presidente de la Corte Suprema de EE.UU., John Roberts.
Por una palabra dicha fuera de orden, Roberts acudió al caer la tarde del miércoles a la Casa Blanca para repetir el juramento que la víspera le había tomado al hasta ese momento senador Obama ante la presencia de una multitud calculada en casi dos millones de personas.
Esa primera vez Roberts alteró el orden de las palabras y en vez de decir "ejecutaré fielmente el cargo de presidente de EE.UU.", como está escrito en la Constitución, dijo "ejecutaré el cargo de presidente de EE.UU. fielmente".
Obama empezó a repetir y al darse cuenta de que algo estaba mal se detuvo.
Entonces Roberts corrigió la frase, pero Obama la terminó con el error inicial, en lo que algunos comentaristas de los medios elogiaron como una muestra de cortesía para con el magistrado.
La segunda es la vencida
Esta vez el asunto se manejó en privado en el Salón de los Mapas de la residencia presidencial a primera hora de la noche del miércoles.
El presidente de la Corte Suprema, atento a los detalles, vistió su toga negra para retomar el juramento, como marca la tradición.
Luego le preguntó al presidente Obama si estaba listo y este le respondió que sí lo estaba pero que "vamos a hacerlo muy lentamente" e hizo un comentario sobre que la falta de la Biblia no afectaba el acto.
Tampoco estaba la esposa del presidente, la primera dama Michelle Obama. Ni hubo reporteros gráficos para recoger el momento que sólo fue presenciado por un grupo del equipo de la Casa Blanca.
Posteriormente el vocero de la presidencia, Greg Craig, dijo en un comunicado que la repetición del juramento se hizo por "exceso de precaución".
Aclaró que no había razones para preocuparse porque, según los asesores legales, técnicamente Obama es presidente desde el mediodía del miércoles.
"Fue muy divertido"
Obama es el tercer mandatario que tiene que juramentarse una segunda vez para corregir errores en la toma original.
Antes le había pasado a Chester A. Arthur en 1881 y a Calvin Coolidge en 1923.
Aunque podría parecer descabellado a alguien alguna vez podría ocurrírsele denunciar como "viciado de nulidad" el documento de la toma de posesión por el "detalle" de que la protesta no coincide con lo escrito en la constitución estadounidense.
Una demanda de ese tipo tendría que ser atendida por la Corte Suprema, para vergüenza de su presidente, el juez Roberts, quien sería el culpable original del pequeño error de pronunciación.
"Decidimos hacerlo porque fue muy divertido" bromeó Obama con los reporteros.
BBC
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