Helen Sloan/HBO
Spoilers, procedan con precaución.
La duda eterna: ¿cómo es mejor conquistar y ganarse el apoyo del pueblo? A lo largo de la serie, Daenerys ha buscado gobernar distinto a como lo hacían sus predecesores, liberando esclavos y prometiendo justicia, y ahora que se encuentra en Westeros esa no es la excepción. Así que elige no atacar de inmediato a Cersei en Desembarco del Rey y quemar todo a su paso, quizá un reconocimiento tácito de que los habitantes de la capital probablemente ya han vivido suficiente destrucción causada por el fuego —tanto Cersei con el Gran Septo de Baelor como el padre de Daenerys, aquel “Rey Loco” que tenía planeado incinerarlo todo con el fuego valyrio que después usaron los Lannister—. “No vino a ser reina de las cenizas”, le dice Tyrion.
La decisión no tiene muy contenta a Olenna Tyrell, quien acaba de perder a prácticamente toda su familia por la destrucción del Gran Septo, y quien le exige a Dany: “¿Eres una oveja? No, eres un dragón. Sé un dragón”. Para el final del episodio, queda claro que la estrategia de esperar a consolidarse con los ejércitos de Dorne y Tyrell no resultó, pues no contaban con el factor Euron Greyjoy.
Parece que ese “regalo” que este le prometió a Cersei el episodio pasado para convencerla de casarse no es nada más ni nada menos que Ellaria Sand, ahora sin dos de sus hijas.
Y, a juzgar por cómo resultó este primer plan de acción, quizá Dany no dudará en ser “un dragón”. (Spoiler: el título del próximo episodio es The Queen’s Justice, la justicia de la reina).
Aunque primero tiene que lidiar con la sacerdotista roja Melisandre, a quien vimos por última vez siendo expulsada de Invernalia por haber quemado en la hoguera a, entre muchas otras personas, una niña. Su llegada a Rocadragón nos da —por fin— una primera alusión explícita a Azor Ahai. En los libros, es el príncipe que fue prometido, aquel que llegará con el arma en fuego que podrá destruir a la oscuridad; por ejemplo, la del invierno de los Caminantes Blancos. Melisandre lo menciona, excepto que Missandei hace notar que en el alto valyrio de Asshai, lugar donde surgió la profecía, “príncipe” es un término sin género. Bien podría ser princesa o, en este caso, reina.
Helen Sloan/HBO
En fin, parece que la reunión entre Dany y Jon está por concretarse: ella le escribe para reunirse —en realidad, rendirse y reconocerla a ella como reina del Norte— justo cuando él está por aprender que visitar Rocadragón es indispensable para conseguir vidriagón (y, como deja claro Davos, tres criaturas que respiran el fuego que puede matar a los caminantes). Decide ir, aunque los lords del Norte no están contentos, incluida Lyanna Mormont, aquella grande niña que transmite mil palabras con una sola mirada y ha sido una aliada clave hasta ahora.
El Norte se queda a cargo de Sansa, no sin que antes Jon ahorque y amenace a Meñique. Quizá se le está acabando el tiempo a este máximo conspirador que ha querido romancear a madre, tía e hija.
Cersei, mientras tanto, no está de brazos cruzados. Reúne a varios lords del reino del Dominio, gobernado por los Tyrell, para instarlos a unirse a la causa Lannister. Sorpresa: uno de los que cambian de bando es el padre de Sam, Randyll Tarly, a quien vimos por última vez excoriando a Gilly por atreverse a haber nacido del otro lado del Muro.
Sam, por su parte, sigue trabajando con el archimaestre Ebrose (HBO apenas confirmó el nombre; en los libros es experto en curación y es quien descubrió los experimentos de Qyburn, el revividor de Montañas, y contribuyó a su expulsión de la orden). Samwell quiere convencer al maestre de acceder a conocimientos antiguos sobre el Muro y sobre curas prohibidas del psoriagris para Jorah.
Si alguien tenía antojo de un pastel cremoso, supongo que la escena de Sam probando esa cura los hizo pensar dos veces.
A menos, quizá, de que ese pastel haya sido horneado por Hot Pie, a quien Arya se topa en la Posada de la Encrucijada en su camino a Desembarco del Rey para matar a Cersei. La parada la hace cambiar de ruta: por fin recibe la noticia de que sus hermanos están vivos y gobernando en Invernalia. Arya ha cambiado tanto desde la última vez que vio a Hot Pie como lo ha hecho Nymeria, la lobo huargo a la que se reencuentra tanto tiempo después de haberla liberado a la vida salvaje por haber atacado a Joffrey en la primera temporada (¿Cómo culpar a la loba?). ¿Cómo será Arya cuando se reencuentre con lo que queda de su familia, su manada?
Helen Sloan/HBO
Así que terminamos con Jon camino a Dragonstone justo cuando Dany necesita aliados, en particular ahora que Qyburn está experimentando con posibles maneras de matar a dragones. Y con Theon (con su estrés postraumático por su era como Hediondo) viendo cómo se desmorona parte de la estrategia de Daenerys y dejando atrás a su hermana.
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New York Times
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