CHRONOS y KAIRÓS. Un alto en el camino para COMPARTIR una IMAGEN (tomada en el Central Park de Nueva York); una REFLEXIÓN de Anselm Grün, que nos invita a DISFRUTAR DE LA EXISTENCIA CON TODOS LOS SENTIDOS y por supuesto una INVITACIÓN para que PIENSES en ellas.
Esta reflexión la tuve presente casi todo el tiempo cuando estaba en Nueva York, donde se llega con todo planificado para aprovechar al máximo el tiempo disponible
TODO TIENE SU TIEMPO Y SAZÓN
"Vosotros tenéis relojes, nosotros tenemos el tiempo". Según se dice, ésta es la respuesta que dio un indio a un atrevido hombre de negocios blanco. Detrás de esa respuesta se oculta una profunda visión de las actitudes humanas frente a los retos y posibilidades de la vida, porque pone de relieve con toda claridad la oposición entre la concepción mecánica y la concepción espiritual del tiempo.
Los griegos sabían distinguir entre CHRONOS y KAIRÓS. "Chronos" es el tiempo mensurable. Por eso hablamos de cronómetros, medidas del tiempo. En el mundo occidental nos sometemos al tiempo mensurable, chronos, y nos guiamos por él. Nos damos una cita con la precisión de minutos, miramos nerviosamente al reloj para ver si el citado se ha dado cuenta de la precisión temporal y si nosotros llegamos con puntualidad a la cita. Todo tiene que cumplirse a tiempo preciso. El tiempo mensurable nos obliga a encorsetar nuestra vida en módulos estrechos. El dios del tiempo, chronos, es un tirano.
Los indios prefieren venerar al dios kairós. Kairós es el momento favorable, el tiempo oportuno. Chronos mide la cantidad, la duración del tiempo; a kairós le interesa su calidad, es decir, el momento oportuno que hay que agarrar y retener, el momento al que me entrego, en el que vivo a vida llena. En el concepto de tiempo entienden los indios el momento favorable, y se entregan a él. Disfrutan del tiempo, lo viven. El que se somete a los dictados de Chronos no vive el tiempo como el momento favorable y gratificante, sino como una tiranía. Los indios perciben el tiempo. Si me centro totalmente en el momento presente, experimento el tiempo, lo vivo. Y sucede que en esos momentos el tiempo se queda quieto. En esa quietud veo el momento oportuno para permanecer en mí o para ejecutar algo fuera de mí, dejar que algo crezca o tomar una decisión nueva. De este tiempo dice un sabio del Antiguo Testamento en el libro titulado Qohélet, que dio unidad a la sabiduría de Grecia e Israel:
Todo tiene su tiempo y sazón, todas las tareas bajo el sol:
tiempo de nacer, tiempo de morir;
tiempo de plantar, tiempo de arrancar;
tiempo de matar, tiempo de sanar;
tiempo de derruir, tiempo de construir;
tiempo de llorar, tiempo de reír;
tiempo de hacer duelo, tiempo de bailar (Qo 3, 1-4)
Anselm Grün
El Libro del Arte de Vivir
Un abrazo y que tengan una buena tarde
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