La Iglesia Católica vivía una situación
crítica. Viendo que muchas regiones
de Europa se estaban convirtiendo
a la doctrina de la Reforma, el papa
Pablo III convocó en 1545 el Primer Concilio
de Trento para liderar la reacción católica: la
Contrarreforma. En las sesiones de dicho concilio
se acordaron reformas de la liturgia católica,
que incluían la práctica musical y, en concreto,
en la misa como elemento central de la liturgia.
Se trataba de mejorar la inteligibilidad de sus
textos y de eliminar cualquier influencia de la
música profana. Esto trajo consigo la reafirmación
del canto gregoriano dentro de la liturgia y la
continuación de la polifonía, siempre y cuando no
entorpeciese la comprensión del texto.
Las obras de Giovanni Pierluigi da Palestrina
(1525-1594), compositor italiano nacido en
Palestrina, cerca de Roma, encarnan cabalmente
el espíritu del Concilio de Trento. Su compromiso
con la Contrarreforma se centró principalmente
en la inteligibilidad de los textos. Recibió el título
de “salvador de la música católica”. Casi toda su
vida estuvo asociada a la música sacra. Recibió
instrucción vocal en Santa María la Mayor de
Roma. Fue maestro de capilla en Santa Giulia en
San Pedro. Trabajó en la Capilla Sixtina y en San
Juan de Letrán. Se han conservado ciento cuatro
misas de su autoría. La Missa Assumpta est María
es una de ellas, la cual sobrevivió en una fuente
confiable en la Capilla Sixtina.
Como era usual en esta época, las misas se
basaban en el tema principal de otra composición
o bien en un canto gregoriano preexistente.
En el caso de la Missa Assumpta est María el compositor se basó en el motete del mismo
nombre, el cual a su vez está escrito sobre la base
del canto gregoriano de aquel texto. Fue creada
para ser cantada en la liturgia católica cada 15
de agosto, cuando se celebra la asunción de la
Virgen María.
Por otra parte, el compositor alemán Josef
Rheinberger (1839-1901) basa su composición
justamente en Palestrina, pero con la estética
de su época. El origen de la Missa en mib mayor
(Cantus Missae), opus 109, tiene un lugar muy
especial entre sus dieciocho misas, ya que está
escrita para doble coro y a cappella. Esta obra
hace recordar a los dobles coros de los maestros
venecianos pues, además, está escrita con
técnicas antiguas. Se reconoce la conducción
de voces al estilo de Palestrina, pero en un
lenguaje del siglo XIX. En cuanto al texto, para
los compositores románticos el sentido de la
palabra no está dado por la descripción de ésta
en la música, sino por la expresión y significado
profundo de la misma. Por esa razón no siempre
coincide el acento de la palabra con la música.
Tal es el caso de “Patrem omnipotentem”,
totalmente acorde al espíritu romántico. Lo
importante sería la evocación de un ambiente
sonoro. No es casual que Rheinberger en el
momento de la edición la denominó “Cantus
Missae”, es decir, canto de la misa.
Marcela Canales
MISAS A DOS
PERÍODOS
Parte I
Giovanni Pierluigi da Palestrina
(1525-1594)
Missa Assumpta est Maria
I. Kyrie
II. Gloria
III. Credo
IV. Sanctus
V. Agnus Dei I
VI. Agnus Dei II
Parte II
Josef Gabriel Rheinberger
(1839-1901)
Cantus Missae, op. 109
I. Kyrie
II. Gloria
III. Credo
IV. Sanctus
V. Benedictus
VI. Agnus Dei
Coro Magnificat
Sopranos: Amalia
Fermandois, Francisca
Aravena, Jessica Muñoz,
María Rosa Aros, Nora
Cortés, Pamela Castro y
Sonia Alfaro.
Contraltos: Áurea Argomedo,
Natalia Belardy, Gloria
Carrasco, Katia Fernández,
Karina Urrejola y Marta
Gajardo.
Tenores: Adrián Martínez,
David Rojas, José Manuel
Carter, Sebastián Inostroza y
Sebastián Muñoz.
Bajos: Diego Delpiano, Felipe
Mestre, Héctor Tobar, Kevin
Mansilla y Leonardo Aguilar
Dirección: Marcela Canales
INSTITUTO DE MÚSICA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE
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