El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha dado un giro a todas las previsiones en la votación a la presidencia de su país. Ningún sondeo había previsto que el ultraderechista superaría el 43% de los votos de una de las elecciones más disputadas de la historia. Lula da Silva y su adversario llegan justos a la segunda vuelta para disputar por la confianza de la población que no ha acudido a las urnas y por el apoyo de los otros dos candidatos más votados, Simone Tebet y Ciro Gomes, que juntos suman 7% del electorado.
El profesor de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca y analista de Agenda Pública, Rodrigo Rodrigues-Silveira, analiza quiénes son los votantes ocultos de Bolsonaro y cuáles son sus retos para la segunda vuelta de las elecciones brasileñas, que tendrán lugar el próximo 30 de octubre.
Para el analista, si Bolsonaro quiere ganar, “deberá luchar por el voto de las mujeres y de los más pobres, pero sin cambiar el discurso religioso y nacionalista de su gobierno”. Por otro lado, “Lula tendrá que moverse más al centro e intentar convencer a los más religiosos de que su proyecto no es radical y defiende los valores de la familia”, añade Rodrigues-Silveira.
El resultado conseguido por Bolsonaro no debería cambiar su postura agresiva al proceso electoral brasileño y sus amenazas al sistema democrático. “Cuanto menor sea la diferencia real entre votos de Lula y votos de Bolsonaro, mayor es el riesgo de que Bolsonaro cuestione los resultados de las elecciones y no las reconozca como tal”, según el analista y profesor. En los casos en los que los resultados apuntan a una clara victoria de un partido, es más fácil la aceptación cuando la sociedad está dividida.
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