Aún no rozan los 79 años (la edad en la que se sitúa la esperanza de vida en España), sin embargo, el 44% del personas de entre 50 y 64 años no descarta "hipotecar su vivienda" para obtener una fuente de financiación extra a la jubilación.
Ésta es la conclusión de un estudio realizado por la Universidad de Barcelona, con el apoyo de La Caixa, presentado esta mañana en el marco de una jornada de la Fundación Edad y Vida.
En general, las personas mayores prefieren mantener el patrimonio inmobiliario para cederlo a los descendientes, debido a que existe una profunda cultura de la herencia. Prácticamente el 90% de las familias tiene una vivienda en propiedad, una condición privilegiada, en comparación con la de otros países comunitarios. Lo paradójico de esta situación, según los autores, es que "la mayoría de estas personas decidan vivir con escasos recursos a lo largo de su vida, en vez de licuar ese patrimonio para alcanzar un cierto nivel de bienestar".
Como alternativa, las entidades financieras ofrecen paquetes diseñados a medida para que la vejez no suponga una carga económica imposible de asumir. La hipoteca inversa, por ejemplo, convierte la casa donde reside el mayor en una cuenta de crédito; el usuario recibe una renta mensual por un número determinado de años, a cambio del abandono de su inmueble. La única pega para el cliente es que perviva más allá del horizonte estipulado.
No obstante, los expertos aconsejan que la trituración del patrimonio no se convierta en la alternativa exclusiva para afrontar la vejez y recomiendan no perder de vista los seguros de pensiones. "No hay que perder la cultura del ahorro"
Fuente: Expansion.com
Ésta es la conclusión de un estudio realizado por la Universidad de Barcelona, con el apoyo de La Caixa, presentado esta mañana en el marco de una jornada de la Fundación Edad y Vida.
En general, las personas mayores prefieren mantener el patrimonio inmobiliario para cederlo a los descendientes, debido a que existe una profunda cultura de la herencia. Prácticamente el 90% de las familias tiene una vivienda en propiedad, una condición privilegiada, en comparación con la de otros países comunitarios. Lo paradójico de esta situación, según los autores, es que "la mayoría de estas personas decidan vivir con escasos recursos a lo largo de su vida, en vez de licuar ese patrimonio para alcanzar un cierto nivel de bienestar".
Como alternativa, las entidades financieras ofrecen paquetes diseñados a medida para que la vejez no suponga una carga económica imposible de asumir. La hipoteca inversa, por ejemplo, convierte la casa donde reside el mayor en una cuenta de crédito; el usuario recibe una renta mensual por un número determinado de años, a cambio del abandono de su inmueble. La única pega para el cliente es que perviva más allá del horizonte estipulado.
No obstante, los expertos aconsejan que la trituración del patrimonio no se convierta en la alternativa exclusiva para afrontar la vejez y recomiendan no perder de vista los seguros de pensiones. "No hay que perder la cultura del ahorro"
Fuente: Expansion.com
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