«Camino con bastón, llevo faja y tengo 57 años, pero no soy viejo», dijo ayer César Álvarez Álvarez, uno de los cuatro participantes en la mesa redonda sobre los estereotipos en el ciclo vital que organizó la Universidad de Oviedo, dentro del curso que lleva por título «Las personas mayores ante la ley de dependencia: realidades y retos».
Diplomado recientemente en el programa universitario para mayores (Pumuo), César Álvarez compartió mesa con los expertos Francisco Javier Rodríguez Díaz, María de la Villa Moral y Fernando Albuerne. Y mientras Álvarez dio a conocer su historia personal, la de un hombre que, una vez jubilado, dejó la partida de mus por los libros, Francisco Javier Rodríguez analizó los mitos que, a su modo de ver, existen con relación a la vejez.
«El principal mito es el de la pérdida; se dice que los mayores pierden autonomía y funciones sensoriales y locomotoras, que pierden capacidad física y mental. Otro mito es que la vejez va unida a la depresión, a la angustia o a la falta de autoestima, pero, ¿alguna vez habéis escuchado a un viejo decir que se aburre?», preguntó ayer Rodríguez, quien prestó atención al «maltrato a los ancianos».
Malos tratos Según Rodríguez, las personas mayores se pueden englobar en cuatro grandes grupos: decretados (los que pierden el rol tras la jubilación), individualistas («a mí no me sacáis de casa, sólo con los pies para adelante»), golondrina (pasan temporadas con sus hijos) e invasores (cambian de casa, pero ya no tienen un cuarto para ellos).
«¿Estos últimos, son o no maltratados? ¿Es maltratado un anciano al que se le dice que lo que cocina ya está desfasado o que no puede ponerse en bañador porque sus arrugas son feas? ¿Es maltrato pedir la herencia?», se cuestionó ayer el experto de la Universidad de Oviedo.
Algunas respuestas las obtuvo de su compañero de mesa, el psicólogo Fernando Albuerne, quien destacó que hablar de la vejez como un cúmulo de incapacidades es una imagen inadecuada, si bien, apostilló, pasar del mito de la vejez como problema a la vejez como la edad dorada es otro estereotipo «irreal».
«La vejez tiene perdidas en el ámbito físico, emocional... pero las pérdidas no son siempre deterioros, igual que la vejez no es siempre la edad dorada. Si esto fuera una realidad, ¿qué sentido tendría la ley de Dependencia?», dijo Albuerne.
Respecto al maltrato a ancianos, destacó que es «algo emergente». La mesa redonda, que dio lugar a minutos de análisis sobre la dependencia que crean los años, estuvo precedida por una conferencia que ofreció la profesora de Psicología María de la Villa Moral acerca de la dependencia emocional de las personas mayores.
Fuente: lne.es
Avilés, España
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