Somos lo que comemos, y el ejercicio que practicamos y, por supuesto, somos lo que nuestros genes ya determinaron.
Todos estos factores, y muchos otros, pasan a diario factura a nuestro cuerpo y hacen que se deteriore con mayor o menor rapidez. Tanto es así, que todas las personas mayores de 35 años están, como mínimo, dos años más envejecidas de lo que marca su edad cronológica, y hasta un 30% de todos estos adultos sufren el problema, pero mucho más agravado.
El doctor Mariano Bueno, presidente de la Sociedad Española de Medicina Biológica y Antienvejecimiento, ofreció estos datos ayer, pero también ahondó en las causas y en las posibles soluciones. Entre otras cosas, concretó que el estrés, las deficiencias nutricionales o las propias enfermedades clásicas acaban influyendo. Por ejemplo, los dos años que todos tenemos 'de más', se deben, en primer lugar, a los 9 meses que pasamos en el útero materno y, el año restante, a las patologías que todos sufrimos hasta la edad adulta. Después, y a partir de los 35, algunas complicaciones, como la artrosis, las afecciones cardiacas... pueden hacer que levantarse cada día suponga un esfuerzo considerable.
Manuel Bueno dirige en Zaragoza Biosalud, un centro de referencia internacional en el que se aplican las técnicas que ahora están en boga en lo que se refiere a las terapias antienvejecimiento. Por ejemplo, en el caso de la artrosis o para el rejuvenecimiento de la piel, se aplican tratamientos pioneros. En ambos casos, se extrae del paciente una muestra de sangre que se procesa. Tras obtener el plasma, cargado de células regenerativas, se vuelve a inyectar una cantidad en la zona afectada, y las propias células hacen que todo recupere, al menos, parte de lo que perdió. Por ejemplo, en el caso de las rodillas, se reconstruye el cartílago.
Bueno insistió en que: "Ni creamos supermanes ni vendemos la vida eterna. Somos médicos, y la medicina biológica cuenta con la convencional". Con esto se refirió a que estos tratamientos pueden devolver a la persona, en función de su edad, habilidades o posibilidades perdidas, pero no darle, por ejemplo, las de alguien más joven o aquellas que nunca ha tenido. Sí que muchos pacientes dejan de levantarse cansados, o vuelven a poder pensar en dos o tres cosas a la vez.
Otro punto muy importante, es el de la prevención. "Hay que darle al organismo lo que necesita cuanto antes", destaca el doctor. En esto, también hay nuevas opciones que ofrece la ciencia, como la medicina genómica y predictiva. "Es decir, a raíz de la genómica de cada cual, saber a qué enfermedades está más predispuesto y atacarlas cuanto antes".
Test personalizados Para calcular los riesgos, a cada paciente se le hace un test personalizado con chequeos biológicos (para saber el estado real del organismo a nivel biológico o funcional), de intolerancias alimenticias y deficiencias nutricionales (se testan 300 alimentos y aditivos), análisis de metales en el cuerpo (a través, por ejemplo, del cabello), estudio de radicales libres, de bacterias y pruebas para conocer la edad biológica.
Fuente: Heraldo de Aragón
Todos estos factores, y muchos otros, pasan a diario factura a nuestro cuerpo y hacen que se deteriore con mayor o menor rapidez. Tanto es así, que todas las personas mayores de 35 años están, como mínimo, dos años más envejecidas de lo que marca su edad cronológica, y hasta un 30% de todos estos adultos sufren el problema, pero mucho más agravado.
El doctor Mariano Bueno, presidente de la Sociedad Española de Medicina Biológica y Antienvejecimiento, ofreció estos datos ayer, pero también ahondó en las causas y en las posibles soluciones. Entre otras cosas, concretó que el estrés, las deficiencias nutricionales o las propias enfermedades clásicas acaban influyendo. Por ejemplo, los dos años que todos tenemos 'de más', se deben, en primer lugar, a los 9 meses que pasamos en el útero materno y, el año restante, a las patologías que todos sufrimos hasta la edad adulta. Después, y a partir de los 35, algunas complicaciones, como la artrosis, las afecciones cardiacas... pueden hacer que levantarse cada día suponga un esfuerzo considerable.
Manuel Bueno dirige en Zaragoza Biosalud, un centro de referencia internacional en el que se aplican las técnicas que ahora están en boga en lo que se refiere a las terapias antienvejecimiento. Por ejemplo, en el caso de la artrosis o para el rejuvenecimiento de la piel, se aplican tratamientos pioneros. En ambos casos, se extrae del paciente una muestra de sangre que se procesa. Tras obtener el plasma, cargado de células regenerativas, se vuelve a inyectar una cantidad en la zona afectada, y las propias células hacen que todo recupere, al menos, parte de lo que perdió. Por ejemplo, en el caso de las rodillas, se reconstruye el cartílago.
Bueno insistió en que: "Ni creamos supermanes ni vendemos la vida eterna. Somos médicos, y la medicina biológica cuenta con la convencional". Con esto se refirió a que estos tratamientos pueden devolver a la persona, en función de su edad, habilidades o posibilidades perdidas, pero no darle, por ejemplo, las de alguien más joven o aquellas que nunca ha tenido. Sí que muchos pacientes dejan de levantarse cansados, o vuelven a poder pensar en dos o tres cosas a la vez.
Otro punto muy importante, es el de la prevención. "Hay que darle al organismo lo que necesita cuanto antes", destaca el doctor. En esto, también hay nuevas opciones que ofrece la ciencia, como la medicina genómica y predictiva. "Es decir, a raíz de la genómica de cada cual, saber a qué enfermedades está más predispuesto y atacarlas cuanto antes".
Test personalizados Para calcular los riesgos, a cada paciente se le hace un test personalizado con chequeos biológicos (para saber el estado real del organismo a nivel biológico o funcional), de intolerancias alimenticias y deficiencias nutricionales (se testan 300 alimentos y aditivos), análisis de metales en el cuerpo (a través, por ejemplo, del cabello), estudio de radicales libres, de bacterias y pruebas para conocer la edad biológica.
Fuente: Heraldo de Aragón
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