Mateo 11, 28-30
"Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana".
"¿Puede uno alcanzar a Dios con su esfuerzo?", preguntaba Yeats. Dios se entrega a los puros de corazón. No pide más que nuestra atención. ¿Siento el peso de tu yugo suave y liviano, Señor? Si lo siento como una carga, no estoy llevando tu yugo.
"Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. Pues mi yugo es suave y mi carga liviana".
¿Qué me estás diciendo Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
"¿Puede uno alcanzar a Dios con su esfuerzo?", preguntaba Yeats. Dios se entrega a los puros de corazón. No pide más que nuestra atención. ¿Siento el peso de tu yugo suave y liviano, Señor? Si lo siento como una carga, no estoy llevando tu yugo.
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