José María Ordovás indica que la alimentación basada en la genética permitirá prevenir graves patologías
La alimentación del futuro, que servirá para prevenir enfermedades, o nutrigenómica, no alargará la esperanza de vida pero sí garantizará llegar al final de la existencia con salud. Así lo explicó ayer en Oia-Baiona a esta redacción una autoridad internacional, el doctor José María Ordovás, profesor de la Universidad de Tuft, en Boston.
Basada en que cada ser humano cuenta con unos genes que le hacen responder de forma distinta ante la ingesta de comida, la nutrigenómica "es sin duda alguna el futuro", afirma Ordovás para indicar que la genómica no ha pasado de la fase de investigación. "Lo que queremos conseguir es la aplicación a la salud pública, a la salud del individuo, por eso es una herramienta de futuro", indica el experto al reconocer que la sanidad mundial no está preparada para la auténtica revolución que va a significar una nueva forma de abordar los problemas de obsesidad y sobrepeso. "El sistema no está preparado para el cambio porque son necesarios profesionales con una formación que ahora no existe. Se trata de un concepto totalmente diferente al de las enfermedades genéticas que exige primero detectar el problema y luego formar al individuo en lo que debe comer. Por otra parte, los nutricionistas no están formados ni han recibido entrenamiento". Indica que la forma de abordar el tema es formar en las facultades de Medicina a los nuevos profesionales. "Habría que formar a expertos en nutrición con conocimiento en genética".
José María Ordovás asegura que en un futuro próximo las dietas serán personalizadas en función de los componentes genéticos, acabándose la práctica actual de recetar las mismas pautas de alimentación a todas las personas obesas.
Señala que una vez finalizada toda la fase de investigación científica y controladas las claves, la nutrigenómica permitirá conocer las causas de la obesidad y la diabetes en cada persona y establecer una estrategia preventiva. "Se trata de resolver el problema antes de que surja. No es viable modificar el genoma, sino el estilo de vida de las personas para que se adapte a su genoma específico. Todos los problemas se deben a que hay una ruptura entre lo que nuestro genoma individual necesita y lo que le damos. Si entendemos lo que nos va bien, daremos al cuerpo el combustible que necesita".
Cree que una vez conseguido demostrar que la tecnología consigue prevenir los problemas y se demuestra que controla con eficacia la obesidad, el primer escalón de atención deben ser los niños por haber comprobado que hay menores que tienen arterias de personas adultas.
Elcorreogallego.es
La alimentación del futuro, que servirá para prevenir enfermedades, o nutrigenómica, no alargará la esperanza de vida pero sí garantizará llegar al final de la existencia con salud. Así lo explicó ayer en Oia-Baiona a esta redacción una autoridad internacional, el doctor José María Ordovás, profesor de la Universidad de Tuft, en Boston.
Basada en que cada ser humano cuenta con unos genes que le hacen responder de forma distinta ante la ingesta de comida, la nutrigenómica "es sin duda alguna el futuro", afirma Ordovás para indicar que la genómica no ha pasado de la fase de investigación. "Lo que queremos conseguir es la aplicación a la salud pública, a la salud del individuo, por eso es una herramienta de futuro", indica el experto al reconocer que la sanidad mundial no está preparada para la auténtica revolución que va a significar una nueva forma de abordar los problemas de obsesidad y sobrepeso. "El sistema no está preparado para el cambio porque son necesarios profesionales con una formación que ahora no existe. Se trata de un concepto totalmente diferente al de las enfermedades genéticas que exige primero detectar el problema y luego formar al individuo en lo que debe comer. Por otra parte, los nutricionistas no están formados ni han recibido entrenamiento". Indica que la forma de abordar el tema es formar en las facultades de Medicina a los nuevos profesionales. "Habría que formar a expertos en nutrición con conocimiento en genética".
José María Ordovás asegura que en un futuro próximo las dietas serán personalizadas en función de los componentes genéticos, acabándose la práctica actual de recetar las mismas pautas de alimentación a todas las personas obesas.
Señala que una vez finalizada toda la fase de investigación científica y controladas las claves, la nutrigenómica permitirá conocer las causas de la obesidad y la diabetes en cada persona y establecer una estrategia preventiva. "Se trata de resolver el problema antes de que surja. No es viable modificar el genoma, sino el estilo de vida de las personas para que se adapte a su genoma específico. Todos los problemas se deben a que hay una ruptura entre lo que nuestro genoma individual necesita y lo que le damos. Si entendemos lo que nos va bien, daremos al cuerpo el combustible que necesita".
Cree que una vez conseguido demostrar que la tecnología consigue prevenir los problemas y se demuestra que controla con eficacia la obesidad, el primer escalón de atención deben ser los niños por haber comprobado que hay menores que tienen arterias de personas adultas.
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