De dos acontecimientos modernos auspiciosos para la humanidad, se desprende paradójicamente la posibilidad de un futuro sombrío.
1) La creciente longevidad de la humanidad es una novedad propicia. De 55 años en 1950, el promedio de vida ha pasado a 75 en 2000, lo que supone que en 50 años creció la duración de la vida en unos 20 años, lo que no puede ser sino altamente gratificante (1).
2) Por otra parte, la disminución de la natalidad también es una buena noticia, dado que el creciente aumento, predominante, parecía poner en peligro la disponibilidad de los recursos naturales, porque la exigencia de su consumo amenaza causar posibles daños irremediables al planeta (2). Este riesgo está desapareciendo con la citada reducción. Pero ambos hechos, indudablemente propicios, nos transportan a un mundo donde prevalecerán los ancianos. Según Koichiro Matsuura: “Hacia 2050, en el hemisferio norte aproximadamente una de cada tres personas tendrá más de 60 años (3)”.
Y si bien en el sur la situación no será tan grave, en la Argentina será bastante parecida. Sobre ese futuro no tan lejano -Matsuura lo estima para dentro de unos 40 años-, quiero dejar algunas reflexiones. Según el Consejo Presidencial de Bioética de los Estados Unidos “nos encontramos en los umbrales de la primera sociedad masivamente geriátrica de la historia”, dado que en toda la historia de la humanidad siempre han predominado los jóvenes.
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1) La creciente longevidad de la humanidad es una novedad propicia. De 55 años en 1950, el promedio de vida ha pasado a 75 en 2000, lo que supone que en 50 años creció la duración de la vida en unos 20 años, lo que no puede ser sino altamente gratificante (1).
2) Por otra parte, la disminución de la natalidad también es una buena noticia, dado que el creciente aumento, predominante, parecía poner en peligro la disponibilidad de los recursos naturales, porque la exigencia de su consumo amenaza causar posibles daños irremediables al planeta (2). Este riesgo está desapareciendo con la citada reducción. Pero ambos hechos, indudablemente propicios, nos transportan a un mundo donde prevalecerán los ancianos. Según Koichiro Matsuura: “Hacia 2050, en el hemisferio norte aproximadamente una de cada tres personas tendrá más de 60 años (3)”.
Y si bien en el sur la situación no será tan grave, en la Argentina será bastante parecida. Sobre ese futuro no tan lejano -Matsuura lo estima para dentro de unos 40 años-, quiero dejar algunas reflexiones. Según el Consejo Presidencial de Bioética de los Estados Unidos “nos encontramos en los umbrales de la primera sociedad masivamente geriátrica de la historia”, dado que en toda la historia de la humanidad siempre han predominado los jóvenes.
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