NUEVA YORK (Reuters Health) - Los adultos mayores con sobrepeso no tendrían riesgo adicional de sufrir deterioro cognitivo, sugirió un nuevo estudio.
De hecho, los investigadores hallaron que los hombres y las mujeres con bajo peso eran los más propensos a tener problemas de memoria en el tiempo.
El equipo sostiene que esto se debería a que la mala nutrición y la pérdida de peso serían manifestaciones de la enfermedad de Alzheimer en algunos adultos mayores.
Los resultados, publicados en la revista Neurology, se oponen a los estudios que relacionaron la obesidad a mediana edad con un mayor riesgo de demencia tardía.
La obesidad adulta elevaría el riesgo de demencia indirectamente, al provocar problemas de salud que alteran el flujo de sangre al cerebro, como la hipertensión y la diabetes. Los expertos también sostienen que el exceso de células grasas tiene un efecto directo sobre la función cerebral.
De todos modos, en la vejez, el sobrepeso o la obesidad no afectarían la función mental, indicaron los autores del nuevo estudio.
"No sabemos aún por qué el sobrepeso o la obesidad no aumentan el riesgo de sufrir deterioro cognitivo en la vejez", declaró la autora principal, la doctora Maureen T. Sturman, del Centro Médico de la Rush University, en Chicago.
"Pero el bajo peso se relacionaría con los primeros estadios del Alzheimer", dijo la autora.
Los resultados surgieron de un estudio sobre 3.885 adultos de más de 65 años, a los que se les realizaron pruebas estándares de memoria y otras funciones mentales al inicio del estudio y otras dos veces durante los siguientes seis años.
El equipo dirigido por Sturman no halló una relación entre la obesidad y el riesgo de desarrollar alteraciones de la memoria u otros signos de deterioro cognitivo en el tiempo.
En cambio, los participantes con bajo peso al inicio del estudio tenían alto riesgo de sufrir el deterioro mental.
"Mientras que estudios previos hallaron que la obesidad en la mediana edad aumenta el riesgo de demencia o Alzheimer, nuestros resultados muestran que la obesidad en la vejez no tiene efecto sobre la memoria", dijo Sturman.
El equipo concluyó que se necesitan más estudios para conocer el efecto del peso sobre el funcionamiento mental de los adultos mayores para poder recomendar cambios en el estilo de vida.
En tanto, los autores consideraron que los adultos mayores deberían optar más por una alimentación saludable y actividad física y "ejercicios" mentales, como leer o hacer crucigramas, que por hacer dieta.
FUENTE: Neurology, on line 19 de septiembre del 2007
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De hecho, los investigadores hallaron que los hombres y las mujeres con bajo peso eran los más propensos a tener problemas de memoria en el tiempo.
El equipo sostiene que esto se debería a que la mala nutrición y la pérdida de peso serían manifestaciones de la enfermedad de Alzheimer en algunos adultos mayores.
Los resultados, publicados en la revista Neurology, se oponen a los estudios que relacionaron la obesidad a mediana edad con un mayor riesgo de demencia tardía.
La obesidad adulta elevaría el riesgo de demencia indirectamente, al provocar problemas de salud que alteran el flujo de sangre al cerebro, como la hipertensión y la diabetes. Los expertos también sostienen que el exceso de células grasas tiene un efecto directo sobre la función cerebral.
De todos modos, en la vejez, el sobrepeso o la obesidad no afectarían la función mental, indicaron los autores del nuevo estudio.
"No sabemos aún por qué el sobrepeso o la obesidad no aumentan el riesgo de sufrir deterioro cognitivo en la vejez", declaró la autora principal, la doctora Maureen T. Sturman, del Centro Médico de la Rush University, en Chicago.
"Pero el bajo peso se relacionaría con los primeros estadios del Alzheimer", dijo la autora.
Los resultados surgieron de un estudio sobre 3.885 adultos de más de 65 años, a los que se les realizaron pruebas estándares de memoria y otras funciones mentales al inicio del estudio y otras dos veces durante los siguientes seis años.
El equipo dirigido por Sturman no halló una relación entre la obesidad y el riesgo de desarrollar alteraciones de la memoria u otros signos de deterioro cognitivo en el tiempo.
En cambio, los participantes con bajo peso al inicio del estudio tenían alto riesgo de sufrir el deterioro mental.
"Mientras que estudios previos hallaron que la obesidad en la mediana edad aumenta el riesgo de demencia o Alzheimer, nuestros resultados muestran que la obesidad en la vejez no tiene efecto sobre la memoria", dijo Sturman.
El equipo concluyó que se necesitan más estudios para conocer el efecto del peso sobre el funcionamiento mental de los adultos mayores para poder recomendar cambios en el estilo de vida.
En tanto, los autores consideraron que los adultos mayores deberían optar más por una alimentación saludable y actividad física y "ejercicios" mentales, como leer o hacer crucigramas, que por hacer dieta.
FUENTE: Neurology, on line 19 de septiembre del 2007
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