El presidente de Yemen, Ali Abdulá Saleh, asegura que las protestas, que comenzaron hace un mes, obedecen a un complot contra las autoridades legítimas y la integridad territorial del país, mientras las manifestaciones continúan en las principales plazas de Saná. Abdulá Saleh hizo estas acusaciones en una aparición televisada mientras se dirigía a los comandantes del Ejército, a quienes instó a que no vacilen en hacer uso de la fuerza para defender la seguridad nacional, la unidad, libertad y la democracia.
Como consecuencia, las tropas acudieron al uso de las armas de fuego en varias ocasiones durante este fin de semana, especialmente en el puerto de Adén, donde mataron a cuatro manifestantes e hirieron a otros 43, según fuentes militares recogidas por AP. Al mismo tiempo, dos importantes jeques de la tribu nativa de Saleh le retiraron su apoyo y este domingo los líderes políticos de la oposición anunciaron que van a respaldar a los jóvenes en sus protestas exigiendo la renuncia del mandatario.
La afluencia de gente en las calles alcanzó estos días sus máximos índices. Los manifestantes rechazaron el diálogo al que les invitó el presidente. La coincidencia de todos estos factores permitió a varios expertos tanto dentro, como fuera del país suponer que la solidez del gobierno de Saleh ya no es la misma que antes.
Al conocer las circunstancias en que han muerto varios civiles, la organización Amnistía Internacional (AI) acusó a las fuerzas de seguridad yemeníes de mostrar “desprecio” por la vida humana. En particular, le indignó el intento de obstaculizar el traslado a los hospitales de los heridos en las calles, supuestos participantes de las protestas antigubernamentales del viernes, en las que hubo por lo menos once muertos.
Según informaciones recibidas por esta entidad, la policía y los militares dispararon contra los manifestantes incluso entraron abriendo fuego en las casas donde pensaban que se habían refugiado algunos de ellos. “Los acontecimientos en Yemen han dado un giro para peor”, sugirió el director adjunto de AI para Oriente Medio y el Norte de África, Philip Luther, citado por la agencia EFE.
Los activistas antigubernamentales exigen la renuncia inmediata del mandatario que preside el país desde su reunificación en 1990. Saleh con anterioridad dirigió a Yemen del Norte, entre 1978 hasta la reunificación con el Sur 12 años después. Ahora señala que dejará el poder tras las próximas elecciones generales democráticas que planea organizar para el 2013.
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