La sangrienta represión del levantamiento popular en Libia, que ya ha dejado cientos de víctimas mortales y miles de heridos, provocando la salida de los extranjeros que se encontraban en el país, además los disturbios masivos, están a punto de convertirse en una guerra civil, es lo que comentan los expertos. Mientras, continúan los enfrentamientos entre opositores y seguidores del líder libio Muammar Gaddafi.
"En Libia como en cualquier otro país del mundo árabe, esta ola de carácter insurreccional, desatada por los acontecimientos de Egipto, toma las características y las contradicciones propias de cada país, y lo que está sucediendo ahora en esa nación es el despliegue de una guerra civil, donde todas las partes poseen armas, y tiene el carácter de un enfrentamiento propio de las facciones que se disputan el poder de un estado nacional”, opina el analista político Jorge Castro.
Según las agencias informativas, toda la parte oriental del país se encuentra bajo el control de la oposición, a quienes se han unido varias unidades del Ejército. Entretanto la situación en Trípoli, es cada vez más grave, y de acuerdo con el diario The New York Times, en algunas zonas de la capital, partidarios de Gaddafi, fuertemente armados, han empezado a allanar viviendas en busca de opositores.
“Al parecer, a los seguidores de Gaddafi se les ha permitido matar a los opositores”, dijo un testigo citado por el rotativo neoyorquino.
Por su parte, el ex ministro del Interior libio, Abdul Fatah Yunis, en declaraciones a la cadena de televisión Al Arabiya, afirmó que durante una reciente concentración política, un funcionario del Gobierno disparó contra Gaddafi, pero falló, hiriendo por error a otra persona. No se dieron detalles acerca de la identificación de la persona, ni del lugar, ni la fecha exacta del incidente.
Yunis hizo estas declaraciones poco después de haber dimitido de su cargo, en protesta por la violencia ejercida contra los manifestantes. Por su parte, Gaddafi amenazó con tomar medidas enérgicas contra los insurgentes, y anunció que no dejará el poder.
Este miércoles fueron publicados los datos oficiales del número de muertos durante los disturbios, que asciende a 300, sin embrago, otras fuentes informan que la cifra de muertos es dos o tres veces superior a la que reconoce el Gobierno.
Esta ola de violencia ha llevado a que el Gobierno de Perú decida romper relaciones diplomáticas con Libia. La decisión la dio a conocer este miércoles el ministro de Relaciones Exteriores de la nación sudamericana, José Antonio Belaunde, quien explicó que el cese de las relaciones se debe a la “inadmisible violencia contra la población civil de Libia”.
Además, el jefe de la diplomacia peruana instó a otros países de América Latina a seguir el mismo camino, ya que considera que la situación en la nación africana “representa un peligro mortal”. Y se comprometió a enviar una interpelación a la ONU para crear una zona de prohibición de vuelos sobre Libia, con el propósito de poner fin a los bombardeos contra los manifestantes.
Perú es el primer país en romper las relaciones diplomáticas con Libia desde que comenzaron los disturbios a mediados de este mes. Por su parte el presidente francés, Nicolás Sarkozy urgió a la Unión Europea a tomar sanciones “rápidas y concretas” contra Libia. Concretamente, Sarkozy propuso suspender la cooperación económica con ese país.
Mientras tanto, decenas de estados evacuan a sus ciudadanos del país árabe. A primeras horas de esta mañana llegó a Moscú el primer avión del Ministerio de Control de Emergencias de Rusia con 120 ciudadanos rusos a bordo. Según el departamento, se planea evacuar a 1.263 personas, entre nacionales y ciudadanos turcos y serbios que trabajan para compañías rusas.
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