Conforme la temporada más fría empieza a retirarse de las zonas sureñas y centrales de Yakutia, la República más grande de las integradas en Rusia, la región se transforma en una gran atracción para los aficionados al turismo extremo.
Dar una vuelta en un trineo tirado por perros, pasar un par de noches en una 'yurta' y probar en la cena trocitos de la carne helada picada -la comida típica del pueblo even- son las opciones ofrecidas a los turistas que deseen visitar Yakutsk y prefieran no esconderse tras las paredes de un cuarto de hotel. Pocos rusos admitirían que haya algo extremo en estos tres pasatiempos: la perspectiva de hundirse en un montón de nieve al no frenar a tiempo a los perros no pone en riesgo la vida del turista.
Lo que sí es un peligro real para un huésped que llegue del clima mediterráneo o caribeño es la ropa poco adecuada a las temperaturas, que no siempre superan los 30 grados bajo cero durante la noche. Pero siempre que uno pida una gira turística, el vestido ártico será una parte obligatoria del equipo que le entregarán antes de salir a la calle.
Conocer a los perros del trineo es un paso casi imprescindible que previene las posibles 'discrepancias' con ellos a lo largo de la ruta cuando cargan con un turista que no les es conocido, ya que no son un mero transporte, sino seres vivos. ¿Y no es un placer descubrir las cualidades excepcionales de estos insólitos vehículos y ver a estos animales que soportan perfectamente temperaturas extremadamente bajas y se mueven con destreza por zonas con capas de nieve de hasta uno o dos metros de profundiad?
Estas laikas yakutias han sido durante siglos una importante ayuda para los vecinos de esta región de Siberia Oriental y son producto de la selección natural. Su aclimatación es visible desde el primer aliento de cada cachorro. Prácticamente pasan toda su vida al aire libre. Y la llegada de la modernidad no los ha dejado sin trabajo, no sólo porque ahora se han transformado en un importante atractivo turístico, sino porque en muchos poblados siguen siendo tan necesarios como antes para los trineos y para la caza.
La convivencia con la naturaleza, sus ciclos y elementos, son factores que los yakutios reconocen como algo propio y de lo que se enorgullecen. Sus valores y formas de ver la vida pueden ayudar a los que viven fuera del corazón de Siberia a comprender mejor que existen cosas que ni el dinero, ni las comodidades que ofrece una gran ciudad, pueden comprar.
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