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Dañan famoso cuadro de Eugene Delacroix en Francia


Una visitante de la franquicia del museo Louvre en la ciudad de Lens dañó la famosa obra "La libertad guiando al pueblo" (1830), de Eugène Delacroix. La mujer de 28 años pintarrajeó con un rotulador esta obra de gran formato poco antes del cierre del centro. El museo señaló hoy que los daños en la obra magistral de Delacroix son mínimos. Un vigilante y un visitante impidieron que la mujer continuara. Desde la apertura de esta nueva franquicia del emblemático Louvre en París, la obra se exhibe en esa ciudad del norte de Francia en la Galerie du temps, que hoy permanecía cerrada. Delacroix la pintó en 1830 tras la revolución de julio en París. 
DPA
DW



Algunos datos sobre la obra:
A la hora de analizar “La Libertad guiando al pueblo” tenemos que tener muy presente el momento de agitación que se estaba viviendo en Francia en 1830. En este año, se produjo un nuevo ciclo revolucionario en Europa cuyo significado es el triunfo del Liberalismo. Desde el estallido de la Revolución Francesa, la burguesía, formada por ricos industriales, comerciantes y en la que también se encontraban los intelectuales, no cesaba de agitarse, buscando su acceso al poder. El propósito de estas agitaciones no era otra que acercar el gobierno a la sociedad.
El estallido revolucionario en Francia se produjo durante el reinado de Carlos X que quería imponer en el país un régimen conservador. En la cámara existía una mayoría liberal desde 1827 y cuando dos años mas tarde, el rey entregó el poder al príncipe de Polignac, el conflicto no tardo en estallar.
En la primavera de 1830, el rey disolvió la Cámara y convocó nuevas elecciones dando como resultado de nuevo una mayoría liberal. Polignac, no de acuerdo con la votación, encargó al ministro de justicia la redacción de unas ordenanzas que fueron promulgadas el 26 de Julio de 1830 y que venían a decir lo siguiente:
Se suspendía el régimen de libertad de prensa existente
Se disolvía la cámara recientemente elegida
El número de diputados se reducía a 258 y la cámara sería elegida para 5 años
Se convocaban nuevas elecciones para el mes de Septiembre
Como protesta contra las ordenanzas, que restringían libertades, los comerciantes e industriales del país cerraron las puertas de sus tiendas y talleres lanzando, de esta manera, a la calle a los obreros. Los políticos y periodistas liberales, prepararon una carta en contra de las ordenanzas.
El día 27 de Julio, la agitación aumentó y los estudiantes se unieron a ella; la noche del 27 al 28 de Julio, una masa de gente, entre la que se mezclaban obreros, guardias nacionales, estudiantes y antiguos militares, ocuparon las calles de la capital y obligaron a rendirse a los cuerpos de guardia que se encontraban aislados. Los revolucionarios levantaron el pavimento, construyeron barricadas y enarbolaron la bandera tricolor, lanzando gritos de ¡Abajo los Borbones! Y ¡Arriba la República! convirtiendo las calles de Paris en un auténtico campo de batalla.
El 29 de Julio, 6000 barricadas aparecieron levantadas en las calles de París. Antiguos militares y alumnos de la escuela politécnica, asaltaron el Louvre y sobre el medio día, la capital francesa estaba ya en manos de los revolucionarios. Estos días es lo que los historiadores consideran como las “tres jornadas gloriosas” y lo que Delacroix ha plasmado en su obra.
Delacroix elige el día álgido del combate en las calles de Paris, el 28 de Julio, para exaltar con sus pinceles el proceso revolucionario. Es la aportación del pintor a la Revolución. En una carta del 18 de Octubre, escribe a su hermano lo siguiente: “He comenzado un tema moderno, una barricada...y, si no he luchado por la patria, por lo menos pintare para ella...”
Nos encontramos ante la primera composición política de la pintura moderna y nos señala el momento en que el Romanticismo deja de mirar hacia la Antigüedad y comienza a querer participar en la vida moderna.
Tenemos claro que la obra que he elegido para este análisis es una obra con un alto contenido político, nos encontramos ante una pintura de historia pero que a su vez puede ser considerada como un reportaje que cuenta al espectador que la contempla, los acontecimientos ocurridos en Julio de 1830.
Así pues, “El 28 de Julio: La libertad guiando al pueblo”, posee una enigmática combinación entre realidad y alegoría. Una clara muestra de esta afirmación la tenemos en la figura principal de la obra. En el centro de esta composición piramidal podemos apreciar la figura de una mujer, con el pecho al descubierto, en una de sus manos porta la bandera tricolor francesa y en la otra la bayoneta calada. Nos encontramos ante una clara alegoría de la Libertad; el hecho de situarla en el centro de la composición no es algo casual, ya que con ello, Delacroix nos muestra el triunfo de esta sobre las medidas conservadoras impuestas por el gobierno francés.
Flanqueando a la Libertad, podemos ver a un joven con dos pistolas y a un burgués con sombrero de copa y rifle en mano, tras este, un proletario esgrimiendo un sable. Esta diferencia entre los personajes que la rodean es utilizada por el artista para mostrarnos que en la revolución participaron miembros de las diferentes clases sociales.
La Libertad avanza hacia el espectador y vuelve la cabeza para animar a sus seguidores. A los pies de esta, un moribundo la mira fijamente para señalar que ha valido la pena luchar. La parte baja de la composición está cargada de cadáveres que han caído luchando por la causa revolucionara, es por eso, por lo que Delacroix concentra en ellos la luz, para matizar por medio de ésta la importancia de los caídos en la lucha. Lo mismo ocurre con la alegoría de la Libertad, el pintor centra su luz en ella, justificando, gracias al contraste lumínico, la importancia de la Libertad. Si seguimos fijándonos en los cadáveres de la parte baja, al igual que ocurría con las figuras que flanquean a la Libertad, vemos que estos, pertenecen a diferentes clases sociales; vemos a un militar abatido al igual que a un proletario muerto, sin pantalones, a los pies de la Libertad. Esto, al igual que las figuras que enmarcan a la alegoría de la Libertad, nos hace ver, que la revolución no fue solo cosa de unos pocos sino que en el proceso revolucionario exigió amplia participación.
En la esquina superior derecha, podemos ver como Delacroix ha representado la catedral parisina de Notre Dame, que se sitúa sobre edificios. Gracias a esto, el artista nos ubica la obra en un lugar determinado, es decir, utiliza un signo tan representativo de la capital francesa, como lo es Notre Dame, para dejarnos aun mas claro, que los hechos revolucionarios que ha plasmado en su obra suceden en la capital gala.
Podemos resumir todo lo dicho con lo siguiente: Delacroix, con su obra “El 28 de Julio:La Libertad guiando al pueblo” nos ha querido representar los hechos ocurridos en Paris la madrugada del 27 al 28 de Julio de 1830. Ha querido hacer su particular aporte a la causa revolucionaria con esta pintura. Nos muestra el triunfo de la Revolución por medio de la pincelada suelta, los colores brillantes y el agitado movimiento de sus figuras.
La obra es un magnífico ejemplo de propaganda revolucionaria aunque para algunos el cuadro no sea comparable a otras obras de otros autores. Kennet Clark dice de el lo siguiente: “No posee, a mi juicio, la intensa concentración que caracteriza a los cuadros propagandísticos de David: con todo, resulta una aceptable ilustración de la Marsellesa”
Para finalizar, y como anécdota, diré que la obra no fue acogida favorablemente en el Salón de 1831, dónde fue expuesta por primera vez. Fue comprada por el estado, pero no se mostró en público durante mucho tiempo ya que se consideraba demasiado incendiaria. Fue expuesta tras la Revolución de 1848 y luego en 1855 pero sólo permanecía expuesta durante unas pocas semanas. La obra fue expuesta definitivamente al público en 1861, y hoy en día, se encuentra en las salas del Museo del Louvre, en Paris.




Eugène Delacroix

(Charenton-Saint-Maurice, Francia, 1798-París, 1863) Pintor francés. Aunque nacido en el seno de una familia formada por Charles Delacroix, político de profesión, y Victoire Oeben, que pertenecía a una familia de artesanos y dibujantes, se da prácticamente por seguro que su padre fue Talleyrand, un diplomático amigo de la familia.

Se formó en el estudio de Pierre Guérin, pero debe sus rasgos estilísticos a Géricault y Gros, coetáneos a los que admiró, y también a Rubens y los venecianos. Fue también un gran admirador de la pintura inglesa.

En 1822 presentó por primera vez una obra en el Salón, La barca de Dante, y en 1824 compareció de nuevo en el certamen con La matanza de Quíos, cuadros ambos que fueron adquiridos por el Estado francés, a pesar de la fuerte polémica que provocaron. El pintor se inclina en estas primeras obras por temas que le permiten expresar una gran intensidad emocional, plasmada con colores brillantes y gran libertad expresiva.

Son estas creaciones las que lo convierten en la gran figura del Romanticismo francés, estilo del que se consideran obras particularmente significativas La muerte de Sardanápalo y La Libertad guiando al pueblo. En ambas, las figuras dibujan una línea diagonal, que constituye el eje compositivo del cuadro, al estilo de Rubens, creando una intensa sensación de movimiento y vitalidad.


Su viaje a Marruecos en 1832 marca el inicio de su segundo período estilístico, en el que abundan los temas marroquíes (Mujeres de Argel), en composiciones mucho más pausadas aunque también típicas del Romanticismo por su carácter exótico y por el uso del color, que adquiere un protagonismo constructivo y compositivo inhabitual hasta entonces.

Al final de su vida se convirtió en el gran decorador de interiores de París, con obras relevantes para el palacio Borbón, el palacio de Luxemburgo, el Louvre y la iglesia de Saint-Sulpice. Fue uno de los personajes más ilustres de su tiempo, amigo de Charles Baudelaire y Victor Hugo entre muchos otros, y dejó un Diario que constituye una interesante y valiosa fuente de información respecto a su vida y su época.


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