Tras varios meses en que los sectores conservadores lograron realizar masivas manifestaciones en contra la iniciativa, Francia se convirtió en el 14º país que legaliza el matrimonio gay.
El mandatario francés promulgó la ley aprobada por el Parlamento el 23 de abril inmediatamente después de que el texto pasara por el Consejo Constitucional, donde la oposición conservadora intentó un último recurso. La instancia encargada de velar por el respeto de la Carta Magna consideró que el matrimonio homosexual "no contradice ningún principio constitucional".
El primer casamiento tendrá lugar el 29 de mayo en la ciudad mediterránea de Montpellier. Será entre Vincent Autin, un militante de la causa homosexual de 40 años y Bruno, su compañero, de 30. “Estamos emocionados porque hace tiempo que esperábamos el momento de decir ‘sí’ delante del alcalde -expresó Autin a la radio France Inter- y también por todos los que se movilizaron para que Francia cruce la barrera de la igualdad.Estamos felices de poder por fin hablar de amor.”
Pero las reacciones de los opositores podrían arruinar el pastel. Tras la luz verde dada el viernes por el Consejo Constitucional, el presidente de la derechista UMP Jean-François Copé, dijo "lamentar" esta decisión mientras que el diputado Hervé Mariton, uno de los más férreos detractores de la uniones gays aseguró que “es triste porque no se respeta el principio del casamiento entre un hombre y una mujer y el derecho de un niño de tener un padre y una madre. Pensábamos que el Constitucional iba a reafirmar esos valores. Pero si volvemos al poder en el 2017, vamos a cambiar o derogar esa ley porque no es buena para nadie. Nuestro compromiso con la familia sigue intacto"
La portavoz de los adversarios de la ley, Frigide Barjot, estimó que la convalidación de la ley implica una "revolución institucional" y un "cambio de civilización". El Consejo Constitucional insistió sin embargo que, aunque las legislaciones anteriores hayan "mirado el matrimonio como la unión de un hombre y de una mujer", la modificación de esa percepción no afecta "los derechos y las libertades fundamentales, la soberanía nacional ni la organización de los poderes públicos".
De todas formas, los opositores a la medida adelantaron que mantienen la movilización, con otra protesta programada para el 26 de mayo en París. Otros grupos reaccionarios aseguran que van a presionar a los alcaldes para que rechacen celebrar los nuevos matrimonios invocando una supuesta cláusula de conciencia.
Alrededor de 200.000 franceses declaran estar en pareja con una persona del mismo sexo (0,6% del total de parejas). Las inscripciones en las alcaldías en los próximas semanas darán la medida real de cuantos quieren dar el paso matrimonial.
Radio Francia Internacional
El mandatario francés promulgó la ley aprobada por el Parlamento el 23 de abril inmediatamente después de que el texto pasara por el Consejo Constitucional, donde la oposición conservadora intentó un último recurso. La instancia encargada de velar por el respeto de la Carta Magna consideró que el matrimonio homosexual "no contradice ningún principio constitucional".
El primer casamiento tendrá lugar el 29 de mayo en la ciudad mediterránea de Montpellier. Será entre Vincent Autin, un militante de la causa homosexual de 40 años y Bruno, su compañero, de 30. “Estamos emocionados porque hace tiempo que esperábamos el momento de decir ‘sí’ delante del alcalde -expresó Autin a la radio France Inter- y también por todos los que se movilizaron para que Francia cruce la barrera de la igualdad.Estamos felices de poder por fin hablar de amor.”
Pero las reacciones de los opositores podrían arruinar el pastel. Tras la luz verde dada el viernes por el Consejo Constitucional, el presidente de la derechista UMP Jean-François Copé, dijo "lamentar" esta decisión mientras que el diputado Hervé Mariton, uno de los más férreos detractores de la uniones gays aseguró que “es triste porque no se respeta el principio del casamiento entre un hombre y una mujer y el derecho de un niño de tener un padre y una madre. Pensábamos que el Constitucional iba a reafirmar esos valores. Pero si volvemos al poder en el 2017, vamos a cambiar o derogar esa ley porque no es buena para nadie. Nuestro compromiso con la familia sigue intacto"
La portavoz de los adversarios de la ley, Frigide Barjot, estimó que la convalidación de la ley implica una "revolución institucional" y un "cambio de civilización". El Consejo Constitucional insistió sin embargo que, aunque las legislaciones anteriores hayan "mirado el matrimonio como la unión de un hombre y de una mujer", la modificación de esa percepción no afecta "los derechos y las libertades fundamentales, la soberanía nacional ni la organización de los poderes públicos".
De todas formas, los opositores a la medida adelantaron que mantienen la movilización, con otra protesta programada para el 26 de mayo en París. Otros grupos reaccionarios aseguran que van a presionar a los alcaldes para que rechacen celebrar los nuevos matrimonios invocando una supuesta cláusula de conciencia.
Alrededor de 200.000 franceses declaran estar en pareja con una persona del mismo sexo (0,6% del total de parejas). Las inscripciones en las alcaldías en los próximas semanas darán la medida real de cuantos quieren dar el paso matrimonial.
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