LITERATURA: Cuando las obras maestras de la literatura (y Harry Potter) solo eran 'garabatos' ilegibles
Norman Mailer – 'El fantasma de Harlot'
(Foto: Universidad de Texas)
- Faulkner, Mailer, Talese... Todos comenzaron sus obras maestras con una hoja 'en sucio'.
- Hasta para escribir 'best-sellers' como churros hace falta un plan y 'Harry Potter' es la prueba.
Gay Talese – 'Frank Sinatra Has a Cold'
(Foto: The Paris Review)
J.K.Rowling - 'Harry Potter y la Orden del Fénix'
(Foto: Bookninja)
Para escribir una novela y que pase a la historia hay que estar hecho de una pasta diferente al resto de los mortales, eso está claro. Pero no basta con sentarse frente al teclado del ordenador - o de la máquina de escribir, que es más bohemio – y dejar que las ideas broten por sí solas. Detrás de cada obra maestra de la literatura hay un minucioso plan que probablemente comenzó, como casi todos los grandes planes, siendo poco más que un puñado de garabatos en un cuaderno viejo.
El compañero ideal de un escritor de éxito puede ser una monísima Moleskine, un bloc de notas de toda la vida, como el de J.K.Rowling, o incluso las paredes de casa, como en el caso del premio Nobel William Faulkner. Los trazos que dejen sobre él ya son otro cantar y, por supuesto, dicen mucho de la personalidad de cada artista.
Los hay desordenados y caóticos, meticulosos y complejos, e incluso ilegibles. Pero todos ellos sembraron el germen de grandes clásicos que han terminado en las estanterías de todo amante de las letras. Bueno... Y también está Harry Potter.
William Faulkner - 'Una fábula'
(Foto: openculture.com)
Joseph Heller – 'Trampa 22'
(Foto: georgelazenby en Flickr)
Henry Miller – 'Trópico de Capricornio'
(Foto: http://hilobrow.com)
Henry Miller – 'Trópico de Capricornio' (Vía http://hilobrow.com)
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