Los ‘coches voladores’ parecen sacados de una película de ciencia ficción, pero se está invirtiendo mucho dinero en el desarrollo de drones de gran tamaño para el transporte de personas y en dirigibles de carga de mercancías. ¿Pararán pronto los taxis voladores ante nuestras puertas?
Hay pocas cosas más irritantes que quedar atrapado en un atasco. Solamente cinco minutos de retención, en hora punta, pueden hacernos soñar con ‘coches voladores’ como los de ‘Los Supersónicos’, una serie de dibujos animados creada en los años 60 del siglo pasado. Pero, ¿podrían estos coches convertirse pronto en una realidad?
Existe una creciente demanda de este tipo de servicios innovadores en el espacio tecnológico. Los ‘aviones eléctricos’ que pueden despegar y aterrizar de manera vertical, o ‘eVTOL’, como también se denominan, se elevan del suelo, se mantienen en el aire y aterrizan verticalmente. Son ecológicos, ya que son totalmente eléctricos, y están diseñados para no producir emisiones directas de dióxido de carbono.
Según los informes de IBA, una empresa que proporciona datos y análisis de la aviación para las finanzas del sector y las compañías aéreas, se espera que el mercado de este tipo de aviones alcance un volumen de alrededor de 21 000 millones de euros en 2035. Se trata de una cifra notable que mantiene altas las miras de los inversores.
Actualmente, más de cincuenta compañías trabajan en el desarrollo de varios prototipos de aviones con capacidad para transportar hasta 20 pasajeros. Una de ellas es la empresa emergente turca AirCar Corp.
Desde que se fundó, en 2017, AirCar ha estado buscando formas de superar los atascos relacionados con el tráfico. Con sede en el denominado ‘Silicon Valley turco’, la compañía AirCar está asociada con el mayor creador de programas informáticos del país. En lugar de esperar a que los Gobiernos construyan, poco a poco, carreteras más grandes, y desarrollen un mejor transporte público, la empresa trabaja para hacer posibles sus elevadas expectativas. Su objetivo final es crear una red de taxis voladores, totalmente eléctricos y autodirigidos.
Tras realizar cientos de pruebas a pequeña escala, este año han comenzado los ensayos de un prototipo de tamaño real. El director ejecutivo AirCar, Eray Altunbozar, afirma que la empresa espera empezar a transportar pasajeros a principios de 2025. Pero todavía hay barreras que superar. Una de ellas es el tamaño de los medios de transporte públicos, en la actualidad.
Como explica Andreas Bardenhagen, profesor de la Universidad Técnica de Berlín, si se compara el número de pasajeros que puede transportar un tren o un autobús con el de un helicóptero actual, la diferencia es muy grande. Si se pretende transportar a cientos de personas en ‘taxis voladores’, por ejemplo, "el espacio aéreo quedará muy saturado". El profesor Bardenhagen no está muy seguro de que los ciudadanos acepten la situación.
Otro de los obstáculos es la normativa nacional e internacional relativa a los vehículos que pueden volar. Phil Seymour es el presidente de la compañía IBA, una consultora de aviación. Seymour asegura que "todos los países del mundo tienen reguladores que siguen estrictas directrices con respecto al diseño y la fabricación". Para él, esto garantiza la existencia de una red de seguridad y regulación. Sin embargo, podría ralentizar los planes de un servicio generalizado de ‘taxis voladores’.
A pesar de las dificultades, AirCar pretende convertirse en un elemento disruptivo del sector. Así, la empresa está dispuesta a tomar el camino menos transitado para construir un nuevo ‘futuro volador’. Para su director ejecutivo, Eray Altunbozar, este proyecto también tiene que ver con las tecnologías sostenibles, un sector en el que estuvo empleado anteriormente.
Trabajando en tecnologías actuales aplicadas a las baterías de iones de litio, a los materiales compuestos, a las tecnologías relacionadas con los drones y a la Inteligencia Artificial se dio cuenta de que era posible entrar en el negocio de los ‘coches voladores’.
Los ‘coches voladores’ y los nuevos medios de transporte aéreo ya no son una fantasía. Miles de millones de euros fomentan las ideas de decenas de empresas emergentes en todo el mundo. Pero, ¿seguirán siendo estas ideas, una simple novedad para los ricos? O, por el contrario, ¿podrían transformar, realmente, nuestra forma de viajar? Hay multitud de opiniones al respecto, pero una cosa es segura: ‘el cambio permanece en el aire’.
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