En ocasión del Día Internacional de las Personas Mayores, el Programa Tercera Edad de Cáritas Cubana, ha editado un Boletín Especial con una selección de documentos e informaciones relevantes acerca del trabajo realizado por dicho Programa.
Editorial Boletín Especial Programa Tercera Edad Cáritas Cubana
Cáritas Cubana, como organización sin ánimo de lucro, se encuentra identificada plenamente con el envejecimiento poblacional mundial, en el que nuestro país toma parte de forma acelerada, y se siente comprometida a colaborar por el logro del bienestar de las personas mayores y la construcción de ”una sociedad para todas las edades”, según lo planteado en la II Asamblea Mundial para el Envejecimiento. Es preciso apuntar que nuestra institución es uno de los miembros integrados al Programa Regional de Trabajo social a favor de los adultos mayores en América latina y el Caribe (PRAM), lo que sin lugar a dudas ha contribuido al enriquecimiento y fortalecimiento del trabajo en el campo de la ancianidad.
El Programa de la Tercera Edad, después de más de 10 años de trabajo interrumpido con mayores, se dispuso a la celebración de su primer congreso, efectuado entre el 9 y el 11 de noviembre del pasado año, cuyo propósito fundamental fue poner en común nuestras experiencias, facilitar el intercambio entre los diversos actores sociales involucrados en el trabajo con personas mayores y sobre todo estrechar los lazos con otras instituciones que persiguen objetivos similares. El mismo contó con la participación de representantes de los grupos de mayores de las 11 diócesis de todo el país, así como coordinadores del programa, miembros de los equipos de formación diocesanos y una amplia participación de Ordenes Religiosas y representantes de Iglesias de otras denominaciones religiosas a los que se sumaron delegados invitados de instituciones de la sociedad civil como el Centro Iberoamericano para la Tercera Edad y un equipo de trabajo de la Oficina del Historiador. Asistieron además delegados de otras Cáritas pertenecientes al PRAM, entre las cuales estuvieron México, Chile, Perú, la coordinación de la Red latinoamericana de gerontología y representantes de la Cáritas Alemana, todos los cuales contribuyeron a imprimir una perspectiva internacional al evento.
Diversas modalidades de presentaciones fueron empleadas durante el congreso, desde los temas libres, trabajos en carteles, videos y exposiciones de manualidades ,que a su vez sirvieron para mostrar la labor persistente de un voluntariado comprometido con su iglesia, Es preciso resaltar que la singularidad del evento estuvo en que todos los trabajos fueron expuestos por los propios adultos y adultas mayores, protagonistas del trabajo de sus grupos, acompañados de animadores socio-culturales, coordinadores y directores de las diversas Cáritas del país.
La presentación de las experiencias nacionales fue complementada con conferencias magistrales emitidas por personalidades del mundo gerontológico en la región y especialmente con la presencia de Monseñor Juan Luis Ysern, presidente de la Cáritas de Chile.
En los días que siguieron al congreso se celebró en nuestro país el IV Encuentro del PRAM donde se discutió el trabajo realizado por las organizaciones participantes durante el año y se expusieron las perspectivas del trabajo futuro, evento que culminó con la emisión de la Carta de la Habana.
Finalmente, tenemos a bien recordar un fragmento del documento emitido por el Consejo Pontificio para los laicos en 1998 y que refleja coherentemente la misión de nuestro programa titulado “la dignidad del anciano y su misión en la iglesia y el mundo”.
"La preocupación y el compromiso de la Iglesia a favor de los ancianos, no son cosa nueva. Ellos han sido destinatarios de su misión y de su atención pastoral en el transcurso de los siglos y en las circunstancias mas variadas .La Cáritas cristiana, se ha hecho cargo de sus necesidades, suscitando distintas obras al servicio de los ancianos, sobre todo gracias a la iniciativa y a la solicitud de las congregaciones religiosas y de las asociaciones de laicos.
El Magisterio de la Iglesia, lejos de considerar la cuestión como un mero hecho de asistencia y beneficencia, ha insistido siempre en la importancia de valorizar a las personas de todas las edades, para que la riqueza humana y espiritual, así como la experiencia y la sabiduría acumuladas durante vidas enteras no se dispersen".
Dr. Cormac Bustillo
Cuba, 1 de Octubre de 2008.
Editorial Boletín Especial Programa Tercera Edad Cáritas Cubana
Cáritas Cubana, como organización sin ánimo de lucro, se encuentra identificada plenamente con el envejecimiento poblacional mundial, en el que nuestro país toma parte de forma acelerada, y se siente comprometida a colaborar por el logro del bienestar de las personas mayores y la construcción de ”una sociedad para todas las edades”, según lo planteado en la II Asamblea Mundial para el Envejecimiento. Es preciso apuntar que nuestra institución es uno de los miembros integrados al Programa Regional de Trabajo social a favor de los adultos mayores en América latina y el Caribe (PRAM), lo que sin lugar a dudas ha contribuido al enriquecimiento y fortalecimiento del trabajo en el campo de la ancianidad.
El Programa de la Tercera Edad, después de más de 10 años de trabajo interrumpido con mayores, se dispuso a la celebración de su primer congreso, efectuado entre el 9 y el 11 de noviembre del pasado año, cuyo propósito fundamental fue poner en común nuestras experiencias, facilitar el intercambio entre los diversos actores sociales involucrados en el trabajo con personas mayores y sobre todo estrechar los lazos con otras instituciones que persiguen objetivos similares. El mismo contó con la participación de representantes de los grupos de mayores de las 11 diócesis de todo el país, así como coordinadores del programa, miembros de los equipos de formación diocesanos y una amplia participación de Ordenes Religiosas y representantes de Iglesias de otras denominaciones religiosas a los que se sumaron delegados invitados de instituciones de la sociedad civil como el Centro Iberoamericano para la Tercera Edad y un equipo de trabajo de la Oficina del Historiador. Asistieron además delegados de otras Cáritas pertenecientes al PRAM, entre las cuales estuvieron México, Chile, Perú, la coordinación de la Red latinoamericana de gerontología y representantes de la Cáritas Alemana, todos los cuales contribuyeron a imprimir una perspectiva internacional al evento.
Diversas modalidades de presentaciones fueron empleadas durante el congreso, desde los temas libres, trabajos en carteles, videos y exposiciones de manualidades ,que a su vez sirvieron para mostrar la labor persistente de un voluntariado comprometido con su iglesia, Es preciso resaltar que la singularidad del evento estuvo en que todos los trabajos fueron expuestos por los propios adultos y adultas mayores, protagonistas del trabajo de sus grupos, acompañados de animadores socio-culturales, coordinadores y directores de las diversas Cáritas del país.
La presentación de las experiencias nacionales fue complementada con conferencias magistrales emitidas por personalidades del mundo gerontológico en la región y especialmente con la presencia de Monseñor Juan Luis Ysern, presidente de la Cáritas de Chile.
En los días que siguieron al congreso se celebró en nuestro país el IV Encuentro del PRAM donde se discutió el trabajo realizado por las organizaciones participantes durante el año y se expusieron las perspectivas del trabajo futuro, evento que culminó con la emisión de la Carta de la Habana.
Finalmente, tenemos a bien recordar un fragmento del documento emitido por el Consejo Pontificio para los laicos en 1998 y que refleja coherentemente la misión de nuestro programa titulado “la dignidad del anciano y su misión en la iglesia y el mundo”.
"La preocupación y el compromiso de la Iglesia a favor de los ancianos, no son cosa nueva. Ellos han sido destinatarios de su misión y de su atención pastoral en el transcurso de los siglos y en las circunstancias mas variadas .La Cáritas cristiana, se ha hecho cargo de sus necesidades, suscitando distintas obras al servicio de los ancianos, sobre todo gracias a la iniciativa y a la solicitud de las congregaciones religiosas y de las asociaciones de laicos.
El Magisterio de la Iglesia, lejos de considerar la cuestión como un mero hecho de asistencia y beneficencia, ha insistido siempre en la importancia de valorizar a las personas de todas las edades, para que la riqueza humana y espiritual, así como la experiencia y la sabiduría acumuladas durante vidas enteras no se dispersen".
Dr. Cormac Bustillo
Cuba, 1 de Octubre de 2008.
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