La Habana, Cuba.- Llegar a la vejez es la mayor victoria de la vida en su lucha permanente contra la muerte. En un país como Cuba, donde la población envejece y la esperanza de vida al nacer rebasa los 70 años, el Estado no escatima recursos para garantizar una ancianidad decorosa.
Un buen ejemplo es el Hogar del Adulto Mayor “Vicente Pérez Noa”, del municipio habanero de Caimito, destruido por el huracán Charley en el 2004 y rescatado de las ruinas por sus propios trabajadores con el apoyo de los gobiernos municipal y provincial.
De los 54 pacientes que viven en ese oasis -ubicado en una fresca colina y rodeado de un paisaje de extraordinaria belleza- 12 son mujeres y 42 hombres, algunos se pueden valer por sí mismos pero otros son impedidos físico-motores, mentales, auditivos o visuales.
Esta situación hace que el trabajo se torne mucho más humano y altruista por parte del personal de asistencia médica que debe asumir cada día, con paciencia y amor, la atención a los abuelos y abuelas que requieren ayuda en la alimentación, el aseo personal y el resto de las actividades cotidianas.
La atención médica corre a cargo de un equipo multidisciplinario de especialistas del municipio que visitan semanalmente el Hogar, integrado por una geriatra, una dermatóloga, un ortopédico, un fisiatra y un técnico de fisiatría que se encarga de la rehabilitación de los ancianos que requieran de ese servicio; otros especialistas como cardiólogos, nefrólogos y psiquiatras también realizan visitas periódicas o acuden en cualquier momento cuando se solicita su presencia.
La doctora Ariela Suárez Bugallo, quien es la médica de asistencia permanente, asumió desde su fundación, en 1990, la dirección de esta entidad de la Salud Pública cubana; junto a ella laboran seis enfermeras, 14 asistentes de atención directa al paciente, una trabajadora social, una especialista de alimentación licenciada en nutrición y auxiliares de servicio para labores de la cocina-comedor y la limpieza y mantenimiento del centro.
Visitar las instalaciones del Hogar de Ancianos de Caimito es conocer un lugar donde cohabitan la hermandad, la familiaridad y el amor al prójimo y donde lo más importante es el bienestar de aquellos que ayer aportaron su esfuerzo para que exista el presente.
Radio Cadena Habana
Un buen ejemplo es el Hogar del Adulto Mayor “Vicente Pérez Noa”, del municipio habanero de Caimito, destruido por el huracán Charley en el 2004 y rescatado de las ruinas por sus propios trabajadores con el apoyo de los gobiernos municipal y provincial.
De los 54 pacientes que viven en ese oasis -ubicado en una fresca colina y rodeado de un paisaje de extraordinaria belleza- 12 son mujeres y 42 hombres, algunos se pueden valer por sí mismos pero otros son impedidos físico-motores, mentales, auditivos o visuales.
Esta situación hace que el trabajo se torne mucho más humano y altruista por parte del personal de asistencia médica que debe asumir cada día, con paciencia y amor, la atención a los abuelos y abuelas que requieren ayuda en la alimentación, el aseo personal y el resto de las actividades cotidianas.
La atención médica corre a cargo de un equipo multidisciplinario de especialistas del municipio que visitan semanalmente el Hogar, integrado por una geriatra, una dermatóloga, un ortopédico, un fisiatra y un técnico de fisiatría que se encarga de la rehabilitación de los ancianos que requieran de ese servicio; otros especialistas como cardiólogos, nefrólogos y psiquiatras también realizan visitas periódicas o acuden en cualquier momento cuando se solicita su presencia.
La doctora Ariela Suárez Bugallo, quien es la médica de asistencia permanente, asumió desde su fundación, en 1990, la dirección de esta entidad de la Salud Pública cubana; junto a ella laboran seis enfermeras, 14 asistentes de atención directa al paciente, una trabajadora social, una especialista de alimentación licenciada en nutrición y auxiliares de servicio para labores de la cocina-comedor y la limpieza y mantenimiento del centro.
Visitar las instalaciones del Hogar de Ancianos de Caimito es conocer un lugar donde cohabitan la hermandad, la familiaridad y el amor al prójimo y donde lo más importante es el bienestar de aquellos que ayer aportaron su esfuerzo para que exista el presente.
Radio Cadena Habana
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