LA EXPOSICION INTERNACIONAL DE 1929.
Corría el año 1888: en el Parque de la Ciudadela se llevó a cabo la Exposición Universal de Barcelona, éste evento impulsó el desarrollo urbanístico y la modernización de la Ciudad. estimulados por el éxito, las élites intentarán inaugurar otra exposición años más tarde.
El proyecto, muy deseado por la burguesía catalana, se concretó en la voz del arquitecto y futuro presidente de la Mancomunitat de Catalunya (1917-1925), Puig i Cadafalch, figura que representaría las ambiciones de la burguesía.
Se expropiaron los terrenos afectados (1917-1923) y unas 1000 familias fueron desalojadas. Josep Puig y Cadafalch levantó en la Avenida de América cuatro columnas jónicas que simbolizan las cuatro barras de la señera catalana. Las obras finalizan en 1923, ese mismo año, Primo de Rivera dará un golpe de estado y la inauguración de la Exposición se pospuso hasta 1929. Puig i Cadafach fue eliminado del proyecto,
Para ello, se creó una comisión de representantes de diversas entidades catalanistas cuyos comisarios fueron Josep Puig i Cadafalch, Francesc Cambó y Joan Pich y Pon. La Montaña fue declarada Espacio de utilidad pública.
El arquitecto Pere Domènec i Roura fue nombrado maestro de obras y Mariano de Foronda y González-Bravo, “marqués de la Foronda” organizador del evento. En el acceso de la Plaza de España a la QUE ES hoy Avª de la Reina Mª Cristina, se instalaron dos torres de Ramón Reventós inspiradas en el campanile de San Marcos de Venecia.
Se producen una serie de cambios: Las cuatro columnas que mandara construir se derruyen en 1928, porque “rompían la perspectiva”. También se cambió el nombre del museo arquitectónico conocido como Pueblo Español, antes llamado Iberona. Y se dio nombre a la Plaza de España.
En la parte alta de la montaña se levantará el Estadio Olímpico, obra de Pere Domènech i Roura. El segundo mayor de Europa, tras el de Wembley. Y cerca de Miramar se construye una gran piscina municipal. La exposición era el tema candente en todos los medios de comunicación.
Al final de la Avenida, frente al Palacio Nacional se instaló una impresionante fuente de colores, obra de arquitecto, ingeniero y luminotécnico Carles Buïgas. La construcción fue realizada por técnicos de la compañía Westinghouse.
Por las noches la fuente desplegaba su magia… El flamante Palau Nacional (1926-1929) presidía la Exposición cerca de él se edificó el Pueblo Español,
Un funicular (1928) facilitaba el acceso a la parte alta de la Exposición. La Avdª de la Reina Maria Cristina lucía 116 columnas de vidrio al estilo art decó iluminadas por luz eléctrica , diseñadas por Marià Rubio i Bellver y una serie de surtidores ,creados por Carles Buïgas, daban la bienvenida a los invitados.
El público llegaba de todas partes y por diversos medios: a pie, en coche, autobús, en metro a la recién remodelada Plaza de España donde estaban las taquillas. Había un gran interés en ver los actos de la inauguración.
Estamos a 20 de mayo de 1929 !! Toda Barcelona dirigió su mirada al cielo cuando vio aparecer al Graft Zeppelin sobrevolando la ciudad.
Al imponente Palacio Nacional se accedía por varias escalinatas o por dos larguísimas escaleras mecánicas…
Y… como todo acaba, el evento se clausuró el 30 de enero de 1930. 51. Finalmente, la Exposición, que costó 130 millones de pesetas, dejó un saldo negativo de 180 millones que fueron pagando los barceloneses durante 34 años…
Al acto de inauguración acudieron el rey Alfonso XIII, su esposa y los infantes. Se dieron un baño de multitudes. Al atardecer, el panorama era impresionante.
Del Palacio Nacional salían unos haces de luz. Las cascadas iluminadas y los juegos de luces de la Fuente Mágica dejaron boquiabiertos a todos los asistentes. !No era para menos! . Para el desplazamiento entre pabellones se disponía de un servicio de electrocars…
Para recaudar el importe, se creó un sello en las cartas de correos de obligado cumplimiento. A pesar de todos los esfuerzos, los grandes negocios internacionales se quedaron en un espejismo…. Pero, Barcelona, ya no era la misma.
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