(EUROPA PRESS) - La cuarta parte de las personas mayores de 65 años está polimedicada es decir, que toman más de cuatro tratamientos de manera simultánea, informó hoy la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG). Esta cifra es superior al 50 por ciento en los octogenarios.
Así lo aseguran los doctores Florentino Prado, jefe Sección de Geriatría del Hospital de Segovia, y Carlos Rodríguez Pascual, jefe de la Sección de Geriatría del Hospital de Meixoeiro, en Vigo, reconociendo que "aproximadamente un 50 por ciento de estos tratamientos se hace mal porque no se cumple la dosificación o la periodicidad".
Según explica el doctor Prado, esto se debe fundamentalmente a la falta de explicación clara de la prescripción por parte del médico o de comprensión por parte del anciano. Los errores en la medicación aumentan con el número de fármacos así como los riesgos y efectos secundarios. Además, no hay que olvidar que "cuanto mayor es una persona más efectos secundarios le produce", recuerda el doctor Rodríguez Pascual.
Según los datos que maneja el doctor Prado, en la población general las interacciones y reacciones a fármacos son responsables de hasta un 6 por ciento de los ingresos hospitalarios y un tercio de ellos son ancianos. En ese sentido, Rodríguez Pascual reconoce que es difícil hacer un seguimiento de los tratamientos en las consultas porque a pesar de ser una práctica que todos los geriatras llevan a cabo, "muchas veces el anciano no lleva las cajas de las medicinas que está tomando o no recuerda los nombres". En su opinión, los servicios de farmacia de los centros de atención primaria podrían hacer "una labor importantísima en ese sentido".
SEGUIMIENTO TELEFÓNICO.
El doctor Prado considera que por su pluripatología, las personas mayores acuden a varios especialistas, "por ello toman varios fármacos simultáneamente". Controlar periódicamente el tratamiento y acudir al centro de Atención Primaria es fundamental para evitar efectos adversos. Como solución a esa situación, el doctor Rodríguez Pascual alude a estudios que han demostrado que el seguimiento telefónico a ancianos, preguntándoles y recordándoles los fármacos que tenían que tomar, disminuía sensiblemente su morbimortalidad. Los fármacos más consumidos por este colectivo coinciden con las patologías más frecuentes y son los utilizados para tratar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, del sistema nervioso, aparato digestivo y el dolor.
El SEMEG advierte que es frecuente que el anciano tome 6 u 8 fármacos. En este marco el doctor Prado apuesta por una indicación adecuada con el menor número posible de ellos. En algunos casos, medidas alternativas como el ejercicio físico y la fisioterapia pueden mejorar ciertas patologías y reducir su consumo. El doctor Rodríguez Pascual añade que ante un paciente mayor con muchas patologías asociadas es difícil escoger cómo se le trata, aunque el criterio suele ser darle la medicación que más calidad de vida le reporte y que a la vez le preserve su funcionalidad.
Así lo aseguran los doctores Florentino Prado, jefe Sección de Geriatría del Hospital de Segovia, y Carlos Rodríguez Pascual, jefe de la Sección de Geriatría del Hospital de Meixoeiro, en Vigo, reconociendo que "aproximadamente un 50 por ciento de estos tratamientos se hace mal porque no se cumple la dosificación o la periodicidad".
Según explica el doctor Prado, esto se debe fundamentalmente a la falta de explicación clara de la prescripción por parte del médico o de comprensión por parte del anciano. Los errores en la medicación aumentan con el número de fármacos así como los riesgos y efectos secundarios. Además, no hay que olvidar que "cuanto mayor es una persona más efectos secundarios le produce", recuerda el doctor Rodríguez Pascual.
Según los datos que maneja el doctor Prado, en la población general las interacciones y reacciones a fármacos son responsables de hasta un 6 por ciento de los ingresos hospitalarios y un tercio de ellos son ancianos. En ese sentido, Rodríguez Pascual reconoce que es difícil hacer un seguimiento de los tratamientos en las consultas porque a pesar de ser una práctica que todos los geriatras llevan a cabo, "muchas veces el anciano no lleva las cajas de las medicinas que está tomando o no recuerda los nombres". En su opinión, los servicios de farmacia de los centros de atención primaria podrían hacer "una labor importantísima en ese sentido".
SEGUIMIENTO TELEFÓNICO.
El doctor Prado considera que por su pluripatología, las personas mayores acuden a varios especialistas, "por ello toman varios fármacos simultáneamente". Controlar periódicamente el tratamiento y acudir al centro de Atención Primaria es fundamental para evitar efectos adversos. Como solución a esa situación, el doctor Rodríguez Pascual alude a estudios que han demostrado que el seguimiento telefónico a ancianos, preguntándoles y recordándoles los fármacos que tenían que tomar, disminuía sensiblemente su morbimortalidad. Los fármacos más consumidos por este colectivo coinciden con las patologías más frecuentes y son los utilizados para tratar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, del sistema nervioso, aparato digestivo y el dolor.
El SEMEG advierte que es frecuente que el anciano tome 6 u 8 fármacos. En este marco el doctor Prado apuesta por una indicación adecuada con el menor número posible de ellos. En algunos casos, medidas alternativas como el ejercicio físico y la fisioterapia pueden mejorar ciertas patologías y reducir su consumo. El doctor Rodríguez Pascual añade que ante un paciente mayor con muchas patologías asociadas es difícil escoger cómo se le trata, aunque el criterio suele ser darle la medicación que más calidad de vida le reporte y que a la vez le preserve su funcionalidad.
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