Los hermanos Coen vuelven a posar su mirada en el EEUU más rural y profundo. El desierto texano y la frontera con México son escenario de esta historia marcada por la brutalidad que pone de relieve las miserias de la sociedad americana, a la que retratan desde un punto de vista sarcástico, sacándole el máximo jugo a sus personajes arquetípicos y dando una amarga visión de un entorno en el que el egoísmo manda y la violencia es la solución a cualquier conflicto o imprevisto.
Llewelyn Moss (Josh Brolin) es un buscavidas que, tras un día de caza, vuelve a casa con un botín diferente del esperado: un maletín lleno de dinero procedente del narcotráfico, que encuentra entre los cadáveres que un tiroteo entre bandas ha dejado en el desierto.
Paradójicamente, el hallazgo lo convertirá en la presa de otro cazador: el despiadado Anton Chigurh. Javier Bardem da vida a este asesino que ve la violencia como un fin en sí mismo y que parece disfrutar matando. Armado con una recortada y una bombona de aire comprimido, el simple atisbo de la sombra de su peinado vaticina que algo muy malo va a pasar.
El tercer protagonista de la historia es el sheriff Bell (Tommy Lee Jones), un hombre que en el crepúsculo de su vida ha perdido toda esperanza en poder cambiar las cosas y sólo piensa en su jubilación, aduciendo que el país en el que vive ya no es apto para los viejos. Las historias de los tres personajes se van intercalando hasta que convergen, si bien el sheriff y Chigurh nunca llegan a encontrarse.
Basada en la novela de Cormac McCarthy, los Coen retratan desde una perspectiva cruda e irónica las miserias de la sociedad de EEUU, con una narración opresiva, lenta y deprimente que lleva al espectador a sentir el desasosiego del cazador cazado, y a perder toda esperanza en el ser humano.
Llewelyn Moss (Josh Brolin) es un buscavidas que, tras un día de caza, vuelve a casa con un botín diferente del esperado: un maletín lleno de dinero procedente del narcotráfico, que encuentra entre los cadáveres que un tiroteo entre bandas ha dejado en el desierto.
Paradójicamente, el hallazgo lo convertirá en la presa de otro cazador: el despiadado Anton Chigurh. Javier Bardem da vida a este asesino que ve la violencia como un fin en sí mismo y que parece disfrutar matando. Armado con una recortada y una bombona de aire comprimido, el simple atisbo de la sombra de su peinado vaticina que algo muy malo va a pasar.
El tercer protagonista de la historia es el sheriff Bell (Tommy Lee Jones), un hombre que en el crepúsculo de su vida ha perdido toda esperanza en poder cambiar las cosas y sólo piensa en su jubilación, aduciendo que el país en el que vive ya no es apto para los viejos. Las historias de los tres personajes se van intercalando hasta que convergen, si bien el sheriff y Chigurh nunca llegan a encontrarse.
Basada en la novela de Cormac McCarthy, los Coen retratan desde una perspectiva cruda e irónica las miserias de la sociedad de EEUU, con una narración opresiva, lenta y deprimente que lleva al espectador a sentir el desasosiego del cazador cazado, y a perder toda esperanza en el ser humano.
ELENA MENGUAL
El mundo.es
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