También conocidos como 'el director con dos cabezas', los hermanos más famosos del cine (después de los Lumière y los Marx) se han llevado el premio por su adaptación del libro de Cormac McCarthy 'No country for old men'.
'No es país para viejos' supone la consagración de los hermanos Coen ante el gran público y su reconciliación con sus seguidores, que temieron haberlos perdido para siempre tras las mediocres pero taquilleras 'Crueldad intolerable' y 'Ladykillers'.
El dúo —que se define como «el director con dos cabezas»— recupera las señas más características de su filmografía: violencia gratuita y una mirada al EEUU rural. De hecho, 'No es país para viejos' es un 'western' contemporáneo, con dosis de humor negro al estilo de 'Fargo', momentos que rozan el surrealismo de 'El gran Lebowski' y una brutalidad cercana a la de 'Barton Fink' o 'Sangre fácil'.
Nacidos en la década de los 50 en Minneapolis en el seno de una familia acomodada, Joel y Ethan Coen se reafirman como dos de los cineastas más importantes y originales del panorama actual. De temática y estilos muy diferentes —se han atrevido con el 'western', el 'thriller', la comedia romántica y hasta el musical—, sus películas comparten su sello, tan inconfundible como las muescas que deja un revólver al ser disparado en cualquiera de sus filmes. Poco tienen que ver entre sí 'Muerte entre las flores', 'O Brother', 'El hombre que nunca estuvo allí', 'Arizona Baby' o 'El gran salto'; sin embargo, su autoría es fácilmente identificable, como lo es la influencia que sobre ellos ha tenido Stanley Kubrick. Ocuparse también de la producción les ha permitido hacer un cine diferente, libre, al margen de los grandes estudios.
A construir esa huella personal contribuyen algunas constantes que se repiten filme tras filme. Los personajes estereotipados son uno de sus fuertes. En 'No es país para viejos' está el 'sheriff' o el dependiente de una gasolinera en el desierto texano, como en 'Fargo' lo estaban los habitantes de Dakota del norte con los que interactuaba la policía embarazada por la que ganó el Oscar Frances McDorman, esposa de Joel. Los repartos masculinos son otra de las características de sus filmes, y cuando aparecen mujeres suelen ser ajenas a la violencia extrema que despiden los fotogramas: ni víctimas ni verdugos.
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