El Día Mundial contra el Trabajo Infantil nos recuerda que todos los niños y niñas tienen derecho a la educación
Mohammed, de 10 años de edad, limpia piezas de automóviles con querosén en un taller mecánico del vecindario de Pia Minara de la ciudad de Herat, en el Afganistán noroccidental.
NUEVA YORK, 12 de junio de 2008 - La Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidad declaró hoy el Día Mundial contra el Trabajo Infantil. De conmemoración anual, es una jornada de concienciación acerca del ciclo de pobreza al que están condenados los niños y niñas que deben trabajar y que, por ello, pierden la posibilidad de recibir educación escolar.
Según cálculos de UNICEF, en el mundo hay unos 158 millones de niños y niñas menores de 15 años que están obligados a trabajar. La inmensa mayoría de ellos tiene muy pocas probabilidades de acceso a la educación. Debido a ello, tampoco tienen muchas posibilidades de evitar el analfabetismo, una carencia de conocimientos que les cerrará muchas puertas en el futuro.
La educación es un derecho básico de todos los niños y niñas. Una de las maneras más eficaces de lograr que los niños vayan a la escuela consiste en eliminar los incentivos que les llevan a trabajar. También es necesario contar con programas de educación asequibles y acogedores para los niños y las niñas.
Sin más opciones
En el centro minero de Ruashi, localizado en la provincia de Katanga de la República Democrática del Congo, una mujer trabaja día tras día junto a su hijo en las minas.
"Me gusta este trabajo porque me permite sobrevivir", explica. "Aunque no me guste ver a mis hijos trabajando aquí, por ahora no tenemos otras opciones. Esperamos que cuando ganemos mucho más dinero los niños no tengan que venir a trabajar".
"En las minas, los niños corren muchos peligros", explica Chrisante Kyondwa, una trabajadora social especializada en la protección de los menores. "Hay niños que empiezan a trabajar a las ocho de la mañana y terminan a las tres de la tarde. Estos son trabajos difíciles y muy perjudiciales para la salud de los niños".
Los efectos de la eliminación de la matrícula escolar
Hasta la fecha, UNICEF ha ayudado a regresar a la escuela a unos 500 niños que trabajaban en las minas de Ruashi. A nivel mundial, el número de niños y niñas que no asisten a clases disminuyó de 115 millones en 2002 a 93 millones en 2006.
Parte del éxito se debe a la ejecución de nuevas iniciativas orientadas a reducir los costos escolares y posibilitar que un número mayor de niños y niñas tenga acceso a la educación. Por ejemplo, la Iniciativa para la eliminación de las cuotas escolares, que pusieron en marcha UNICEF y el Banco Mundial en 2005, brinda apoyo a los gobiernos que ejecutan políticas de eliminación de las tasas de matriculación en las escuelas.
Además de ello, en 11 países de África Occidental se han registrado aumentos promedio del 5% en las tasas de matriculación y retención de alumnos. Eso se debe, principalmente, a la distribución gratuita de materiales escolares esenciales. Cuando las familias pobres no tienen que esforzarse por obtener dinero para adquirir artículos escolares para sus hijos, son más proclives a enviarlos a la escuela.
Paso a paso, del trabajo a la escuela
Sin embargo, millones de niños y niñas continúan trabajando en peligrosas condiciones de explotación. Ese es el caso de los que trabajan en las minas, los que están expuestos a los pesticidas y productos químicos que se emplean en la agricultura, los que trabajan con máquinas y maquinarias peligrosas y los que están empleados como sirvientes domésticos.
Uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015 es que todos los niños y niñas reciban educación primaria completa y que tanto los varones como las niñas disfruten de iguales oportunidades de obtener esa educación.
Para conquistar esos objetivos será necesario adoptar varias medidas importantes, como garantizar la educación universal obligatoria y gratuita, reducir las barreras que obstaculizan la educación de las niñas y establecer entornos seguros en los que los niños y niñas puedan estudiar y aprender. Es necesario garantizar que, paso a paso, los niños y niñas dejen sus trabajos y entren en la escuela.
UNICEF
Comments