Dan Buettner no ha descubierto la fuente de la juventud, pero sí algunas claves para tener una vida más larga y saludable. Después de años de estudio, este explorador y educador estadounidense ha encontrado lo que denomina las ‘blue zones’ (zonas azules): lugares del mundo donde los dones de la longevidad y la salud pasan de padres a hijos. Según recoge el portal revolutionhealth.com, Buettner se ha basado en estudios de un equipo de demógrafos y científicos para explorar durante siete años los lugares donde su población vive más y mejor y lo ha plasmado en su nuevo libro The blue zones. Esta investigación, subvencionada en parte por el Instituto Nacional de la Vejez, halló que las personas que viven en cuatro lugares concretos cumplen en su mayoría los cien años.
Muchos de ellos, además, consiguen evitar enfermedades propias del envejecimiento. Las zonas de Buettner se encuentran en cuatro lugares muy dispares del mundo: Cerdeña, en Italia; Okinawa, en Japón, la península Nicoya, en Costa Rica; y Loma Linda, California. Estas cuatro áreas destacan no sólo por la larga esperanza de vida, con una alta concentración de centenarios, sino también por una larga esperanza de vida saludable. Por desgracia, el estilo de vida de estos lugares forman parte de una nueva moda, todo lo contrario, la globalización ha extendido con gran rapidez la dieta, modo de vida y problemas de salud occidentales. “Creo que estas pequeñas localizaciones de longevidad están desapareciendo”, se lamenta Buettner.
Las exploraciones del autor de Las zonas azules comenzaron en Okinawa, Japón. Estaba planeando una serie de expediciones para descubrir antiguos misterios, y el Gobierno japonés le indicó Okinawa como el lugar más idóneo. Allí estuvo estudiando la destacada salud y longevidad de sus habitantes desde la mitad de la década de los 70. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha descubierto que Okinawa tuvo la esperanza de vida libre de incapacidades más larga del mundo. Okinawa no sólo tiene el mayor número de personas centenarias, sino que disfrutan de una extraordinaria salud. Sus habitantes sufren cinco veces menos cáncer de pulmón y colon y seis veces menos enfermedades cardiovasculares con respecto a los norteamericanos. Los índices de obesidad son realmente bajos y la movilidad física es buena en edades avanzadas. “Algo está pasando con su estilo de vida que está produciendo estas cifras”, dijo Buettner. Los habitantes de Okinawa basan su dieta en las verduras, incluyendo al menos ocho veces más que los estadounidenses soja fermentada. Pero también tienen una cultura que apoya la salud en la vejez. El concepto de moai explica la extensa red de apoyo a ancianos y cómo son venerados.
Otro concepto característico es el ikigai o la razón por la que te levantas cada mañana en el mundo. “Es muy fácil trivializar este propósito”, dice Buettner, “pero es determinante para la longevidad”. La gente que no sabe por qué se levanta por las mañanas probablemente viva siete u ocho años menos de lo que pudiera, dar sentido a la vida es la clave, sobre todo para las personas de mediana edad: “Los dos años más letales son el año en el que naces y en el que te jubilas”.
Las otras tres zonas azules tiene sus propias características para favorecer la longevidad. Los ancianos son también reverenciados en Cerdeña, y no faltan los dos vasitos de buen vino tino para nadie. En la península costarricense de Nicoya, la dieta se basa en alubias, fruta, lima en remojo, cereales ricos en antioxidantes... y no ha cambiado en los últimos milenios. Loma Linda es el lugar con mayor concentración de miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el mundo, según Buettner, “han convertido este lugar realmente en una blue zone. Los adventistas comen mucha verdura, según dictamina la Biblia, establecen fuertes redes de familia y confianza y son seguidores estrictos del Sabbath, esto es, un día a la semana se dedican escrupulosamente a descansar.
Aunque las cuatro zonas azules se hallan en sitios tan alejados geográficamente y tan diferentes culturalmente tienen algunas características en común. Todos ellos dedican tiempo al descanso en su rutina diaria, construyen grandes amistades y fortalecen los lazos familiares, tienen una dieta ligera y dan sentido a sus vidas.
El confidencial, España
Muchos de ellos, además, consiguen evitar enfermedades propias del envejecimiento. Las zonas de Buettner se encuentran en cuatro lugares muy dispares del mundo: Cerdeña, en Italia; Okinawa, en Japón, la península Nicoya, en Costa Rica; y Loma Linda, California. Estas cuatro áreas destacan no sólo por la larga esperanza de vida, con una alta concentración de centenarios, sino también por una larga esperanza de vida saludable. Por desgracia, el estilo de vida de estos lugares forman parte de una nueva moda, todo lo contrario, la globalización ha extendido con gran rapidez la dieta, modo de vida y problemas de salud occidentales. “Creo que estas pequeñas localizaciones de longevidad están desapareciendo”, se lamenta Buettner.
Las exploraciones del autor de Las zonas azules comenzaron en Okinawa, Japón. Estaba planeando una serie de expediciones para descubrir antiguos misterios, y el Gobierno japonés le indicó Okinawa como el lugar más idóneo. Allí estuvo estudiando la destacada salud y longevidad de sus habitantes desde la mitad de la década de los 70. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha descubierto que Okinawa tuvo la esperanza de vida libre de incapacidades más larga del mundo. Okinawa no sólo tiene el mayor número de personas centenarias, sino que disfrutan de una extraordinaria salud. Sus habitantes sufren cinco veces menos cáncer de pulmón y colon y seis veces menos enfermedades cardiovasculares con respecto a los norteamericanos. Los índices de obesidad son realmente bajos y la movilidad física es buena en edades avanzadas. “Algo está pasando con su estilo de vida que está produciendo estas cifras”, dijo Buettner. Los habitantes de Okinawa basan su dieta en las verduras, incluyendo al menos ocho veces más que los estadounidenses soja fermentada. Pero también tienen una cultura que apoya la salud en la vejez. El concepto de moai explica la extensa red de apoyo a ancianos y cómo son venerados.
Otro concepto característico es el ikigai o la razón por la que te levantas cada mañana en el mundo. “Es muy fácil trivializar este propósito”, dice Buettner, “pero es determinante para la longevidad”. La gente que no sabe por qué se levanta por las mañanas probablemente viva siete u ocho años menos de lo que pudiera, dar sentido a la vida es la clave, sobre todo para las personas de mediana edad: “Los dos años más letales son el año en el que naces y en el que te jubilas”.
Las otras tres zonas azules tiene sus propias características para favorecer la longevidad. Los ancianos son también reverenciados en Cerdeña, y no faltan los dos vasitos de buen vino tino para nadie. En la península costarricense de Nicoya, la dieta se basa en alubias, fruta, lima en remojo, cereales ricos en antioxidantes... y no ha cambiado en los últimos milenios. Loma Linda es el lugar con mayor concentración de miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en el mundo, según Buettner, “han convertido este lugar realmente en una blue zone. Los adventistas comen mucha verdura, según dictamina la Biblia, establecen fuertes redes de familia y confianza y son seguidores estrictos del Sabbath, esto es, un día a la semana se dedican escrupulosamente a descansar.
Aunque las cuatro zonas azules se hallan en sitios tan alejados geográficamente y tan diferentes culturalmente tienen algunas características en común. Todos ellos dedican tiempo al descanso en su rutina diaria, construyen grandes amistades y fortalecen los lazos familiares, tienen una dieta ligera y dan sentido a sus vidas.
El confidencial, España
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