La editorial Astiberri acaba de poner en el mercado el álbum o, si prefieren, novela gráfica corta (algún día hablaremos de eso), titulado ‘Arrugas’, un entrañable trabajo dibujado por el valenciano Paco Roca. He escrito entrañable y creo que es el adjetivo que mejor le cuadra al álbum. ‘Arrugas’ es un repaso minucioso sobre los últimos años de esos seres humanos que, por causas diversas, unas voluntarias, otras involuntarias, terminan sus días aparcados en las llamadas ‘Residencias para la tercera edad’, unos centros que, como tantas cosas de esta vida, disfrazamos eufemísticamente con nombres bellos.
‘Residencias para la tercera edad’,
¡qué bien suena, qué lindo luce!,
¿no?¡Ah, que no tanto!Ya, pero es lo que hay.
En ‘Arrugas’ no queda lugar para el resquicio o el olvido. El proceso completo que conduce a los mayores a uno de estos centros está perfectamente retratado. Nada queda en el tintero del dibujante valenciano, ni las perturbaciones que producen estos seres en sus familias y que ocasionan su ingreso en estos lugares, ni tampoco, por supuesto, las secuelas que laceran las propias carnes de los enfermos.
Paco Roca ha conseguido transmitir al lector, a través de un trazo sereno y unos colores pálidos y otoñales, la cariñosa frialdad de estas residencias, el trabajo que los profesionales efectúan con los ancianos, las triquiñuelas de éstos, sus manías, sus defectos acentuados por el paso del tiempo, el recuerdo de sus familias, el volumen de las ausencias (afortunado título que inventó en su día Mercedes Salisachs para una de sus novelas), los fallos de la memoria (espléndida la descripción gráfica del deterioro mental de Emilio, el enfermo de Alzheimer), los pequeños hurtos, los enfermos aprovechados, los juegos psicomotores, etcétera, etcétera, etcétera.
‘Arrugas’ es una invitación a la reflexión. El futuro, nuestro futuro, está a la vuelta de la esquina, llamándonos aunque nosotros disimulemos y le demos largas. Algún día podemos ser uno cualquiera de los personajes que aparecen en el álbum, ocupar su espacio, presentar sus síntomas, hablar y sentir como ellos. Sin duda. Y el que espere otra cosa, va listo.
Gracias Paco Roca, por descubrir nuestro mañana real, sin tapaderas pero con un puntito de cariño hacia los que ahora mismo están atravesando esa etapa. ‘Arrugas’ puede ayudar a comprender muchas cosas que ahora no entendemos, esas cosas que a menudo llamamos ‘cosas de viejos’.
En fin, todos llevamos dentro un anciano, como en su día llevábamos un niño.
Repito, gracias Paco Roca, por recordárnoslo.
Herme Cerezo
Arrugas’ de Paco Roca. Editorial Astiberri. Noviembre, 2007. Precio 15 euros, 100 páginas.
Fuente: Siglo XXI
‘Residencias para la tercera edad’,
¡qué bien suena, qué lindo luce!,
¿no?¡Ah, que no tanto!Ya, pero es lo que hay.
En ‘Arrugas’ no queda lugar para el resquicio o el olvido. El proceso completo que conduce a los mayores a uno de estos centros está perfectamente retratado. Nada queda en el tintero del dibujante valenciano, ni las perturbaciones que producen estos seres en sus familias y que ocasionan su ingreso en estos lugares, ni tampoco, por supuesto, las secuelas que laceran las propias carnes de los enfermos.
Paco Roca ha conseguido transmitir al lector, a través de un trazo sereno y unos colores pálidos y otoñales, la cariñosa frialdad de estas residencias, el trabajo que los profesionales efectúan con los ancianos, las triquiñuelas de éstos, sus manías, sus defectos acentuados por el paso del tiempo, el recuerdo de sus familias, el volumen de las ausencias (afortunado título que inventó en su día Mercedes Salisachs para una de sus novelas), los fallos de la memoria (espléndida la descripción gráfica del deterioro mental de Emilio, el enfermo de Alzheimer), los pequeños hurtos, los enfermos aprovechados, los juegos psicomotores, etcétera, etcétera, etcétera.
‘Arrugas’ es una invitación a la reflexión. El futuro, nuestro futuro, está a la vuelta de la esquina, llamándonos aunque nosotros disimulemos y le demos largas. Algún día podemos ser uno cualquiera de los personajes que aparecen en el álbum, ocupar su espacio, presentar sus síntomas, hablar y sentir como ellos. Sin duda. Y el que espere otra cosa, va listo.
Gracias Paco Roca, por descubrir nuestro mañana real, sin tapaderas pero con un puntito de cariño hacia los que ahora mismo están atravesando esa etapa. ‘Arrugas’ puede ayudar a comprender muchas cosas que ahora no entendemos, esas cosas que a menudo llamamos ‘cosas de viejos’.
En fin, todos llevamos dentro un anciano, como en su día llevábamos un niño.
Repito, gracias Paco Roca, por recordárnoslo.
Herme Cerezo
Arrugas’ de Paco Roca. Editorial Astiberri. Noviembre, 2007. Precio 15 euros, 100 páginas.
Fuente: Siglo XXI
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