Al sur de Santiago, entre los cajones cordilleranos del sector de La Obra, emerge el parque y taller Roca Negra, espacio que Federico Assler (1929) construyó a principios de los años 90 y del cual hoy emergen al aire libre decenas de esculturas de mediano formato, a las que el artista llama “experiencias”. Entre estos variados trabajos que se reparten en los jardines de una antigua residencial, Assler ha reunido algunas de sus pinturas, remotas esculturas y un sinfín de proyectos que se acomodan en un galpón dispuesto al lado oriente del terreno. Su trabajo con el volumen comenzó hace cuarenta años en un cuaderno de tapa negra, en el que a través de bocetos, dibujos e ideas, desarrolló su verdadera pasión. Hoy guarda 180 de estas libretas, las cuales dan cuenta de cada una de sus etapas y diseños, y de cómo ha incorporado en cada pieza escultórica la arquitectura, la pintura, la naturaleza y lo urbano.
Fuente Arte al límite
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