En Brasilia, la fabulosa capital de Brasil, se dieron cita el pasado mes de diciembre, la Sociedad Civil y sus organizaciones y los diferentes representantes de los gobiernos de la región, para "evaluar el Plan de Acción Internacional sobre el envejecimiento" a cinco años de su adopción por los Estados miembros de las Naciones Unidas en Madrid y a cuatro de la Estrategia Regional para su implementación.
Lastimosamente, y es el objeto de este escrito ni las personas de edad y el desarrollo —marco dentro del cual queda encerrada la cuestión de la pobreza y la pobreza extrema— , fomento de la salud y bienestar en la vejez y entornos favorables, ninguno de estos tres temas centrales apunta en forma específica al nudo de estrangulación de la cuestión del envejecimiento de la población.
Me refiero a la relación íntima entre la "seguridad económica en la vejez" y el nivel educativo de la población envejeciente. Y no es justamente a través de spots publicitarios del estilo "todos seremos viejos en el 2050" como lo estaremos enfrentando.
Una lectura atenta de los documentos adoptados en Brasilia, tanto por la sociedad civil como por los gobiernos, muestra que es casi al final de éste último y gracias a la intervención de la representación de nuestro gobierno, como se agregaron menciones específicas a la "educación permanente y a lo largo de toda la vida".
Sin embargo el otro eslabón de la cuestión que nos ocupa: el nudo de problemas que implica a la "seguridad" humana, a secas, fue dejado de lado. Entiendo que este aspecto está contemplado no en el Plan de Acción de Madrid, si no en la Declaración Política que lo acompaña.
Creo que vale la pena preguntarse por qué la educación pasa "agachada" en el debate del envejecimiento de la población, para encontrarla inmersa en el paquete de problemas que ventilan "el desarrollo".
Y luego por qué la ola de ronchas que levantan las universidades y sobre todo aquéllas que se aplican a "la Tercera Edad". Algunos países muy sabiamente le han dado la vuelta al problema (Cuba, Nicaragua, Brasil - Universidad de Rio Grande do Sul en Porto Alegre) para no crear nuevos centros universitarios "autónomos "consagrados a las "terceras edades" si no justamente, "abrir" la noción de "extensión universitaria" para desarrollar "cátedras incluyentes" de la problemática de los "adultos mayores en las Facultades de Psicología.
La Estrategia Regional por su parte, al tocar la cuestión de la seguridad económica en la vejez, apunta al ámbito de los derechos fundamentales. Y la timorata recomendación de crear una Relatoría especial para la protección de esos derechos fundamentales en la Declaración de los gobiernos no aparece, por el momento, ligada a la idea de desembocar a una "reparación integral" de la violencia histórica y estructural alimentada por las propias instituciones (idea que aparece en la Carta de la sociedad civil, pero que los gobiernos no retuvieron).
Dudo que si algún día se logra crear una tal Relatoría, nuestros gobiernos tengan el valor de bajar al infierno de la escandalosa distribución de las riquezas, de las tierras o a la visión de presupuestos nacionales desatentos a la diversidad étnica ( y mucho cuidado con este término por el que transitan ideas de xenofobia e intolerancia cultural y religiosa).
Y luego, a no estar tan preocupados por adoptar leyes "de protección de derechos" —a menores o a mayores— cuando de lo que se trata es sí, de leyes , pero de protección social basadas en derechos para todos los ciudadanos, ciudadanas, sin distingo de edades.-La autora es miembro del Secretariado Ejecutivo de la Red Continental de Personas Mayores de América Latina y el Caribe
Dra. Edilia Camargo
Fuente: La estrella de Panamá
Lastimosamente, y es el objeto de este escrito ni las personas de edad y el desarrollo —marco dentro del cual queda encerrada la cuestión de la pobreza y la pobreza extrema— , fomento de la salud y bienestar en la vejez y entornos favorables, ninguno de estos tres temas centrales apunta en forma específica al nudo de estrangulación de la cuestión del envejecimiento de la población.
Me refiero a la relación íntima entre la "seguridad económica en la vejez" y el nivel educativo de la población envejeciente. Y no es justamente a través de spots publicitarios del estilo "todos seremos viejos en el 2050" como lo estaremos enfrentando.
Una lectura atenta de los documentos adoptados en Brasilia, tanto por la sociedad civil como por los gobiernos, muestra que es casi al final de éste último y gracias a la intervención de la representación de nuestro gobierno, como se agregaron menciones específicas a la "educación permanente y a lo largo de toda la vida".
Sin embargo el otro eslabón de la cuestión que nos ocupa: el nudo de problemas que implica a la "seguridad" humana, a secas, fue dejado de lado. Entiendo que este aspecto está contemplado no en el Plan de Acción de Madrid, si no en la Declaración Política que lo acompaña.
Creo que vale la pena preguntarse por qué la educación pasa "agachada" en el debate del envejecimiento de la población, para encontrarla inmersa en el paquete de problemas que ventilan "el desarrollo".
Y luego por qué la ola de ronchas que levantan las universidades y sobre todo aquéllas que se aplican a "la Tercera Edad". Algunos países muy sabiamente le han dado la vuelta al problema (Cuba, Nicaragua, Brasil - Universidad de Rio Grande do Sul en Porto Alegre) para no crear nuevos centros universitarios "autónomos "consagrados a las "terceras edades" si no justamente, "abrir" la noción de "extensión universitaria" para desarrollar "cátedras incluyentes" de la problemática de los "adultos mayores en las Facultades de Psicología.
La Estrategia Regional por su parte, al tocar la cuestión de la seguridad económica en la vejez, apunta al ámbito de los derechos fundamentales. Y la timorata recomendación de crear una Relatoría especial para la protección de esos derechos fundamentales en la Declaración de los gobiernos no aparece, por el momento, ligada a la idea de desembocar a una "reparación integral" de la violencia histórica y estructural alimentada por las propias instituciones (idea que aparece en la Carta de la sociedad civil, pero que los gobiernos no retuvieron).
Dudo que si algún día se logra crear una tal Relatoría, nuestros gobiernos tengan el valor de bajar al infierno de la escandalosa distribución de las riquezas, de las tierras o a la visión de presupuestos nacionales desatentos a la diversidad étnica ( y mucho cuidado con este término por el que transitan ideas de xenofobia e intolerancia cultural y religiosa).
Y luego, a no estar tan preocupados por adoptar leyes "de protección de derechos" —a menores o a mayores— cuando de lo que se trata es sí, de leyes , pero de protección social basadas en derechos para todos los ciudadanos, ciudadanas, sin distingo de edades.-La autora es miembro del Secretariado Ejecutivo de la Red Continental de Personas Mayores de América Latina y el Caribe
Dra. Edilia Camargo
Fuente: La estrella de Panamá
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